La escasez de empleo y la precariedad del mismo, con bajas remuneraciones, jornadas excesivas, que apenas dan espacio al tiempo de descanso, la temporalidad en la contratación, la parcialidad indeseada, la discriminación por sexo, con su mayor exponente en la brecha salarial, la cada vez más baja protección social, un diálogo social debilitado, etc., son algunas de las características del empleo en la actualidad.
Grave contraste con una sociedad en la que la economía de la abundancia y los altos niveles de desarrollo permiten, a unos pocos, cotas de bienestar cada vez más altas que, parece, se construyen sobre el malestar de amplios sectores de la población.
Desde Cáritas apostamos por un modelo económico que recupere el sentido original de la economía como herramienta de organización de los recursos al servicio de todas las personas, para satisfacer sus necesidades y lograr su bienestar, garantizando sus derechos y el cuidado del planeta.
El modelo de economía solidaria:
- Con iniciativas empresariales en las que el beneficio no es el fin sino el medio para desarrollar la propia actividad; garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.
- En el que se fomente la inclusión frente a la exclusión, redistribuyendo la riqueza, y favoreciendo la igualdad de oportunidades en el acceso a derechos.
- En el que el “trabajo” sea la mejor expresión de la “utilidad” de las personas, que desarrollan todas sus capacidades para ponerlas al servicio de las necesidades de toda la población.
- En el que las personas tengan un papel activo en la construcción del modelo.
- En el que la cooperación prime sobre la competencia, generando vínculos sociales y redes de solidaridad.
- En el que se proteja el medio ambiente, con un uso responsable de los recursos y formas sostenibles de producción y consumo.
Por eso, defendemos el trabajo decente, en el que la dignidad humana, el respeto de los derechos, y la promoción de la persona se articula para dar respuestas a las necesidades de nuestro entorno. Promovemos la economía social y, en concreto, las empresas de inserción y centros especiales de empleo como alternativas empresariales en las que se generan oportunidades para las personas más vulnerables. Fomentamos el consumo responsable, desde el comercio justo y las finanzas éticas, sabiendo que todas las personas tenemos un papel fundamental en la construcción de este modelo e instando a que, en todas las fases del modelo productivo, también en las finanzas, prime el cuidado del planeta y de las personas que vivimos en él.
