¿A quién escuchan estos poderosos líderes políticos, económicos y militares? ¿Con quién vas a trabajar para lograr un acuerdo educativo global y los Objetivos del Desarrollo Sostenible, firmado por 193 naciones en 2015?
Vivimos en una crisis de reparto injusto, saqueo impune, y deuda global. Todos los líderes íntegros, desde el Papa Francisco hasta el FMI, lo dicen. Pero no se están tomando medidas serias y eficaces.
Casi la mitad de la población mundial, 3.300 millones de personas, vive ahora en países que gastan más en el servicio de la deuda que en salud o educación. El 93 % de los países más vulnerables a la crisis climática están en dificultades de deuda o en riesgo significativo de tenerlas.
Todo proyecto educativo y de progreso debe hacerse en colaboración con grupos y asociaciones nacionales e internacionales similares para ser eficaces y alcanzar un impacto transformador significativo.
Se están celebrando durante este año 2025, varios encuentros internacionales organizados por los bloques poderosos, como sucede actualmente en Arabia Saudita, la OUA, en Adís Abeba, la UE y la OTAN, la ONU, etc., para fomentar el control de poder y recursos a nivel mundial, incluso con métodos violentos y guerras de invasión.
Al mismo tiempo, se celebrarán también algunas reuniones, con fines más positivos, como la financiación para el desarrollo, el décimo aniversario de Laudato Si’, el Jubileo de los Pobres y otras reuniones del G20 y G7 en 2025.
Los conocidos 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible se van implementando parcialmente, pero sin llegar a conseguir todavía un impacto muy notable. Este ha sido uno de los mejores y más inclusivos acuerdos internacionales para fomentar un desarrollo sostenible en todos los ámbitos de la vida humana.
El poder transformador de dicho Acuerdo ODS tiene un inmenso potencial de transformación global, si realmente se toma en serio, por la sociedad y grupos más sensibilizados, porque tales iniciativas no brotan de los gobernantes, sino de los pueblos.
Grandes empresas de Europa, bancos y gobiernos, comenzaron a temer su perdida de control del capital y del poder, cuando las diversas Cooperativas, a nivel educación, sanidad y desarrollo, comenzaron a crecer en la UE, de forma significativa y paralela a las instituciones bancarias y empresariales. El poder es del pueblo, si lo queremos tomar.
Los líderes mundiales poderosos solo temerán y escucharán a los pueblos de las naciones que se organicen y tomen decisiones económicas y políticas en forma de cooperativas, con un inmenso poder social y económico. Se debe poner al ser humano, y no al capital, en el centro de toda política económica y social. Tenemos los medios y el poder en nuestras manos. Lo único que debemos decidir es si realmente lo queremos o preferimos seguir siendo marionetas de los poderes financieros actuales.
Lázaro Bustince
Fuente imagen: NoName_13
[CIDAF-UCM]