Durante la cuarta jornada de la III Conferencia Internacional de Dilemas de la Humanidad, el pasado martes 17 de octubre, celebrada en la ciudadana sudafricana de Johannesburgo, algunos exponentes de izquierda procedentes de Sudáfrica, Venezuela, India, Marruecos y Estados Unidos han expuesto sus consideraciones sobre la necesidad de construir una democracia popular.

En la apertura de la cuarta jornada, Mqapheli Bonono, líder del movimiento social Abahlali baseMjondolo, el más grande de Sudáfrica, declaró:

«De donde yo vengo, creemos que la democracia debe construirse desde abajo, y por las luchas cotidianas que enfrentamos como clase trabajadora. Hay que construirlo con la unidad de la clase trabajadora».

En esta misma línea, la diputada venezolana Blanca Eekhout ha afirmado:

«La democracia tiene que ser revolucionaria, tiene que transformarse. La democracia burguesa no es revolucionaria. Se está secuestrando la voluntad del pueblo, no hay soberanía. Quienes proponemos construir el socialismo a través de la democracia hablamos de democracia revolucionaria, tiene que transformarse desde abajo».

Haciendo referencia a la situación de “empobrecimiento y desmoralización” de los trabajadores del sector agrícola, a raíz de la introducción de los acuerdos de Bretton Woods, Harleen Kaur, del Instituto Tricontinental de la India, ha señalado:

«Las mujeres son reconocidas como un agente importante en esta lucha de clases […]. Cuando la gente asume roles de agencia, de liderazgo, es una forma de verdadera democracia popular».

Describiendo la situación de su país, Jamal Berajaa, de la Vía Democrática de los Trabajadores de Marruecos, ha evidenciado:

«Es una democracia de fachada que se ha desarrollado dentro del parasitismo capitalista. Tenemos un capitalismo en Marruecos dependiente de los mercados extranjeros. Está al servicio de los monopolios, un sistema que se formó antes de la independencia de Marruecos. No nos independizamos. […] El pueblo marroquí se ha vuelto más consciente, más consciente, se ha involucrado realmente en la lucha, incluidos los campesinos y los trabajadores, [el régimen] está aislado y no tiene más herramientas que la opresión y la inundación del país con deudas. Más del 80% de los marroquíes boicotean las elecciones… Creo que no tenemos democracia y el pueblo marroquí es consciente de ello».

Finalmente, denunciando la desafección y desconfianza de la gente hacia la democracia estadounidense, Eugene Puryear, del Partido Socialismo y Liberación de Estados Unidos, agregagó:

«Debemos recordar que no debemos dar demasiado crédito a la burguesía. La mayor parte de lo que conocemos como democracia liberal, libertad de prensa, libertad de expresión, por limitada que sea, no fue regalada. Fue tomada por la lucha, por la sangre de los trabajadores y los oprimidos que luchaban por la representación en su sociedad».

Fuente: Peoples Dispatch – Imágenes: Dilemmas of Humanity, Pixabay

[Traducción y edición, Pietro Scardovi]

[CIDAF-UCM]