Los medios locales e internacionales calificaron de “histórica” la visita del primer ministro etíope, Hailemariam Desalegn, a Yibuti, que terminó ayer. En efecto, nunca un primer ministro de Etiopía había visitado al país vecino, a pesar de que desde hace quince años se han multiplicado sus intercambios económicos.
El motivo de la visita de los “tres días” de Desalegn al estado costero fueron precisamente las relaciones comerciales, ya que los dos gobiernos decidieron construir un gasoducto que vaya desde Etiopía hasta el Océano Índico, pasando por Yibuti. Esta obra pública se suma al ferrocarril que se está construyendo (con la ayuda de China) entre las dos capitales. Otro de los temas que abordaron Desalegn y el presidente de Yibuti, Ismail Omar Guelleh, fue el suministro de electricidad que será posible tras la construcción del enorme “Dique del Milenio” que está construyendo Etiopía sobre las aguas del Nilo.
A pesar de que la visita de Desalegn no tiene precedentes, las relaciones entre Yibuti y Etiopía son solidas e importantes desde hace tiempo. Luego de la guerra entre Etiopía y Eritrea (1998-2000), la antigua Somalía Francesa se convirtió prácticamente en el único acceso posible al Océano Índico para Etiopía Actualmente, el 90% de la mercadería etíope pasa por Yibuti, mientras que el pequeño Estado destina el 79% de la suya al vecino más poderoso. Los dos países también comparten algunos intereses estratégicos, como la lucha contra los rebeldes somalíes de Al Shabab y la oposición al gobierno de Eritrea.
Fuente MISNA