“…haz lo que vieres”, pero primero ¡infórmate!, por José Julio Martín – Sacristán

7/03/2012 | Bitácora africana

La crisis que atenaza los mercados del denominado primer mundo incrementa el número de empresarios y emprendedores que ponen su vista en territorios en los que descubren un sinfín de posibilidades, hasta el momento ni siquiera consideradas. En este tipo de negocios, la máxima “información es poder” se revela como indispensable. Los empresarios que triunfan son, sin embargo, aquellos que comprenden las múltiples aristas que, en este terreno, conforman el término información. El error radica en acotar su significado a datos de mercado, conocimiento de la situación económica del país en el que y con el que se pretende la puesta en marcha del negocio y el listado de los posibles socios y competidores locales. Estos datos, siendo esenciales, son insuficientes. No se debe obviar que estos negocios no los desarrollan máquinas, sino personas. Quien no conoce a su interlocutor en el terreno mercantil está perdido.

Para el africano, su modo de entender la vida y los negocios están necesariamente relacionados. El conocimiento de la compleja cultura, no del país, sino de la región, y de las normas que rigen la jerarquía e interrelaciones de la comunidad se revela como factor decisivo que facilita el éxito de la empresa.

Con los africanos, no se debe dejar al azar el establecimiento y desarrollo de las relaciones comerciales ni confiar en las propias habilidades en el terreno personal para reaccionar y adaptarse a las circunstancias. El dicho “donde fueres haz lo que vieres” es válido cuando se tiene la oportunidad de aprender del error. Sin embargo, cuando hablamos de negocios, una sola equivocación tira por tierra acuerdos y mucho trabajo previo. Cuando hablamos de negocios, el primer error puede ser el último.

Conozco a alguien que se quedó prendado por la afabilidad de los africanos y sus recurrentes llamadas a la amistad. Ciertamente le llamaban “My friend”. Lost in translation, confió el cierre de acuerdos comerciales en la utilización de esas expectativas de amistad. Después de una semana, se marchó sin cerrar propuesta alguna y quejándose de la lentitud y poca seriedad de los africanos. Dejaba atrás a unos interlocutores que se veían incapaces de confiar en la poca madurez de aquel europeo tan maleducado que había intentado establecer un diálogo en materia de negocios ¡dirigiéndose a ellos por sus nombres de pila!

Vivimos en un mundo globalizado y globalizante, pero hay ciertos usos, costumbres y tradiciones que establecen las mayores diferencias entre culturas y son determinantes para moverse en sociedad. Conocer los aspectos principales y, sobre todo, los pequeños detalles de cada cultura, sus normas de protocolo, es esencial para desenvolverse en el país en el que pretendemos asentar nuestro negocio y/o recibir desde allí a nuestros enlaces o posibles socios.

Original en : África Factor Humano

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