No es una cualquiera quien lo dice. Lo dice Graça Machel, esposa de dos presidentes africanos fallecidos: Samora Machel, presidente de Mozambique de 1975 a 1986; y el legendario Nelson Mandela, primer presidente de Sudáfrica del pos-apartheid de 1994 a 1999.
La actual activista social y política mozambiqueña, Graça Machel, defendió el día 16 de septiembre la necesidad de adoptar medidas más “valientes” y atrevidas por parte de los líderes actuales del país para conseguir la paz y la estabilidad definitivas.
Graça Machel, que hablaba en el curso de una conferencia sobre la “Vida, Pensamiento y Obra de Samora Machel”, dirigida a estudiantes y al cuerpo docente del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), hizo un llamamiento para que el país sea capaz de hacer lo “impensable” para encontrar soluciones que terminen con las actuales hostilidades militares.
“Cuando se trata de defender la soberanía nacional y al ciudadano, hacen falta acciones valientes, y hay que realizar lo que a primera vista podría parecer impensable para restablecer la paz”, dijo
Graça Machel hizo una marcha atrás en el tiempo recordando los Acuerdos de Incomati, firmados en 1984 entre el gobierno mozambiqueño y el régimen sudafricano del apartheid, que, a pesar de ser muy controvertidos en aquellos tiempos, fueron cruciales para la defensa de la soberanía nacional.
“En un cierto momento parecía impensable negociar con el Apartheid (Sudáfrica), pero negociamos. Ahora también hay que reinventar lo impensable para restablecer la paz, y una paz duradera”, insistió la activista.
Graça Machel desafió a los jóvenes, en particular, y al país en general, a reflexionar sobre las causas reales de los conflictos actuales, teniendo presente que las causas que estuvieron detrás de la “guerra de 16 años” (civil) ya han sido superadas.
“Las negociaciones comenzaron en 1984, ahora estamos en 2016. Nos tenemos que preguntar profundamente qué hay por detrás, y qué es lo que nosotros como mozambiqueños tenemos que hacer para reconciliarnos como familia mozambiqueña, porque ahora los rodesianos ya se fueron, y el Apartheid también se fue, pero este conflicto continúa”, recalcó.
Para que el país se vuelva a reconciliar, la apuesta, según la Machel, debe estar en un diálogo serio y más inclusivo. “Hay que despolarizar el conflicto. Es necesario que los mozambiqueños encuentren un espacio en el que todos, absolutamente todos, puedan sentarse, mirarse a los ojos, identificar lo que hoy nos hace iguales, y trabajar sobre esa base ampliando el espacio de identidad entre los mozambiqueños, y eliminando juntos todo aquello que nos separa”, exhortó Graça Machel.
La referida conferencia se inserta en las celebraciones del 30º aniversario de la muerte del primer presidente del Mozambique independiente, y reunió, además de estudiantes, investigadores y docentes universitarios, que en una de sus intervenciones cuestionaron la ausencia de una “utopía” general para guiar al país hacia el futuro.
Sin rodeos y fiel a sí misma, Graça Machel no tuvo miedo de pronunciarse sobre las diferentes cuestiones que le fueron presentadas durante la sesión de debate. Una de las cuestiones, que a primera vista podría parecer incómoda, tenía que ver con la falta de continuidad que se dio en el país durante las diferentes legislaturas, sobre todo con asuntos relacionados con la cuestión de la paz y de la estabilidad. Sin titubeo, hizo una venia a Joaquin Chissano, presentándolo como el artífice de la paz, y dijo que la discontinuidad generada en la relación con RENAMO ha sido uno de los errores fatales, que han generado las olas de conflictos, que se han seguido después de su salida del poder.
“Si hubiésemos mantenido los principios y el tono dialogante, que caracterizó el gobierno del presidente Chissano, probablemente no tendríamos el conflicto actual”, afirmó Graça Machel.
Sin una alusión directa al régimen de Armando Guebuza, la activista no tiene dudas de que el pos-chissanismo ha contribuido a agudizar las divergencias políticas.
“Hemos tenido durante 20 años una paz que creíamos que había venido para quedarse… Cuando hemos dejado de lado la postura dialogante, la postura de aproximar al que piensa diferente de mí, y traerlo a un espacio en el que él se sienta mozambiqueño, las posiciones se encresparon y reventó el conflicto”, dijo en una alusión a las discontinuidades que han ido caracterizando las diferentes generaciones de gobierno del país.
“El problema está aquí y ahora. La ‘patata caliente’ ha pasado a las manos de alguien de vuestra generación (el presidente actual Filipe Nyusi). Es por eso que decía que vosotros (los jóvenes) tenéis que reinventar la manera la manera de vivir de los mozambiqueños unos con los otros aceptándose mutuamente”, añadió, haciendo entender que éste es el gran desafío de la generación actual. Es necesario rescatar el modelo dialogante de Joaquín Chissano.
Fuente: O País Online
Traducción Jesús Zubiría
Fundación Sur
