Guinea Ecuatorial votó el día 26 de mayo en unas elecciones locales y legislativas denunciadas como farsa por la oposición. Se espera que el partido del líder que más años lleva en la presidencia de África asegure su aplastante victoria.
La pequeña nación del África occidental, el tercer mayor productor de petróleo del continente, ha estado regido bajo la férrea mano de Teodoro Obiang Nguema durante 34 años y las sucesivas elecciones han sido ampliamente vistas como fraudulentas.
“Estas elecciones son una farsa, igual que las anteriores elecciones organizadas por el dictador Obiang”, dijo Plácido Micó, la única oposición legal en el parlamento donde el partido de Obiang (PDGE, Partido Democrático de Guinea Ecuatorial) ocupa 99 de los 100 escaños.
Micó dijo que había recibido informaciones de “fraudes en todas partes”, que los seguidores del partido de Obiang estuvieron votando repetidas veces y que en muchos colegios electorales las papeletas de su partido no estaban por ninguna parte.
Las elecciones locales y parlamentarias del domingo 26 de mayo, siguen las reformas constitucionales adoptadas después del referéndum de 2011, que estableció la creación de un Senado así como el puesto de vicepresidente y la limitación de los mandatos presidenciales a dos.
Sin embargo, no está claro si la ley es retroactiva y Obiang tendrá que dejar su mandato al finalizar éste en 2016.
La oposición tildó el referéndum de mascarada que ayudó a cimentar el poder de Obiang y preparar el camino de su sucesión para su díscolo y mujeriego hijo.
El presidente Obiang, de 71 años, llegó al poder de la antigua colonia española derrocando a su brutal y despótico tío en 1979, al que hizo matar.
Él ha sido periódicamente reelegido, pero frecuentemente, de entrada, los partidos de la oposición han boicoteado las elecciones. En 2009 ganó las elecciones con el 95% de los votos.
El partido dirigente ganará
Un intento de protesta de 200 miembros de la oposición el pasado 15 de mayo fue rápidamente aplastado por la policía.
“Vine a votar para que me dejen seguir con mi vida tranquilo, uno no puede ser neutral bajo un régimen como este, hay que fingir”, dijo el empresario Vicente Campanet.
El abogado Fabia Nsué, un aliado de la oposición, dijo: “No merece la pena votar, los resultados son ya conocidos, el partido dirigente se quedará con la cabeza del león”.
El país -dividido entre su área continental y sus distintas islas, en una de las cuales se ubica la capital, Malabo-, ha sido durante mucho tiempo considerado como el más corrupto y autocrático del continente.
Desde que se encontró petróleo a comienzos de la década de los noventa, esto le hace también uno de los más ricos –aunque más de dos tercios del país viven bajo el umbral de la pobreza.
Obiang ha intentado utilizar este “maná del cielo” para mejorar su dañada imagen y levantar la situación del país.
Miles de millones de dólares han sido destinados a infraestructuras en la capital.
El gobierno construyó la nueva ciudad de Sipopo para una cumbre de la Unión Africana en 2011, incluyendo una mansión para cada uno de los 52 miembros de Estado, un alojamiento de descanso con spa y un campo de golf.
Obiang también fue el coanfitrión de la Copa Africana de Naciones en 2012, y ofreció sus millones de petrodólares para financiar un premio científico de la Unesco que llevase su nombre para contribuir a la investigación del sida, la tuberculosis y la malaria.
Cuando la Unesco cedió a las presiones de los defensores de los derechos y rechazó adjudicar el galardón, Obiang envió a su díscolo vástago como representante permanente en la misión del organismo de Naciones Unidas, en lo que parece ser una represalia.
Teodoro Obiang Mangue, de 41 años de edad, apodado Teodorín, es muy conocido por su casa de Malibú valorada en 31 millones de dólares, una flota de coches deportivos de lujo y una valiosa colección de recuerdos de Michael Jackson.
(News 24, 27-05-13)
Traducido para Fundación Sur por Miguel Obregón Tomé.