Increíble, pero cierto. Los informes de los votos anulados en las elecciones presidenciales del 27 de junio, han aparecido en un cajón del despacho de Thierno Oury Bah, de la Comisión Electoral Nacional Independiente, CENI. Es un escándalo para los electores, las autoridades de la transición de Guinea Conakry, el pueblo de Guinea…
Recordemos que Guinea Conakry celebró elecciones presidenciales, las primeras democráticas de su historia desde la independencia, en 1958. Se presentaban 24 candidatos, ninguno de ellos perteneciente al gobierno de transición que ha guiado al país hacia este momento histórico. Tras las elecciones, celebradas el 27 de junio, 21 de los 24 candidatos impugnaron los resultados entre alegaciones de fraude, ante el tribunal constitucional. El tribunal dio su veredicto la semana pasada, confirmando los resultados provisionales con ligeras modificaciones con respectos a los resultados publicados por la CENI, el 3 de julio. Estas modificaciones mantenían a los dos candidatos para la segunda vuelta con los siguientes resultados: El primero más votado, el ex primer ministro Cellou Dalein Diallo, subió de 39, 72 % a de 43 % de los votos, y en cuanto al segundo, Alpha Condé, bajó de 20, 67 % a 18,67% de los votos. Este bajón del Profesor Alpha Condé se debió, según las explicaciones del Supremo, a la anulación de los votos de las regiones de Kankan, Mandiana y Lola, feudo del señor Condé, por no haber aparecido las Actas de los Comités de voto de dichas regiones. Ahora, de repente, se han encontrado el 29 de julio las Actas en cuestión, guardadas en un cajón de un miembro de la controvertida comisión electoral, Thierno Oury Bah.
Este descubrimiento vuelve a alimentar la polémica sobre la credibilidad de la CENI, encargada de la organización de los comicios, y hace inevitable la necesidad de recomponer la institución antes de la segunda ronda de votaciones para las presidenciales, para que sea transparente, democrática y despejada de todas formas de fraudes.
El presidente de la transición, el general del ejército Sekouba Konaté, garante de la transición debería implicarse para permitir el buen desarrollo del escrutinio, creando una nueva CENI compuesta del gobierno y de los dos partidos finalistas con un suplente para cada puesto. Es conveniente la participación del gobierno por medio del MATAP (Ministerio de Administración del Territorio y de Asuntos Políticos) durante todas las fases del proceso electoral.
El jueves 22 de julio, preguntado por GUINEE24 (una prensa electrónica de Guinea) sobre las Actas de Kankan no enviadas a la Corte Suprema, Elhadj Fodé Kouroumah, Presidente de la Comisión Electoral Prefectoral Independiente (CEPI) apuntó un dedo acusador a la CENI en estos términos: «No sabemos hasta hoy, por qué milagro las actas de Kankan no han sido transmitidas al Supremo».
«De todos modos, tal comportamiento de una institución como la CENI encargada de la organización de las elecciones libres, transparentes y apaciguadas y aceptadas de todos, nos deja en un estado de duda indescriptible», añadió.
Desde ahora, no es secreto para nadie que es imposible ir a las elecciones con esta misma comisión, sin riesgo de un caos en el país.
El pueblo guineano tiene derecho a saber la verdad sobre lo que ocurrió realmente. Thierno Oury Bah debe ser rápidamente detenido, expulsado de la CENI y debe comparecer ante la justicia por el crimen de haber despreciado la expresión libre y democrática manifestada por los centenares de miles de sus compatriotas, con los que no comparte las mismas sensibilidades.
De cualquier manera, si se va a las urnas con estas lagunas, estos resbalones, este sistema de fraude establecido y todo ello ante la mirada de la CENI…, Guinea podría caer en un desorden indescriptible, una violencia post-electoral susceptible de desembocar al conflicto inter-étnico como en Kenya.
Jules Diomandé
(Guinee24.com, 29-07-10)
Traducción y adaptación de Mathieu Loua.
