Desde 1949, los ciudadanos de Annobón (Guinea Ecuatorial) dejaron a un lado la obligación de trasladarse varios kilómetros para conseguir agua potable gracias a la red de la traída de agua colonial. Pero este sistema, en lugar de ser mejorado con los años, ha quedado obsoleto: se compone actualmente de tubos de plástico de 15 centímetros que conducen agua sucia como si fuera agua potable.
Hoy en día, para consumir agua salubre en la ciudad de Palea, hay que vivir de la compra de agua mineral, y la gran mayoría de la población no dispone de recursos para la adquisición de una botella de agua. Por lo tanto, las personas se ven obligadas a consumir un agua casi mortífera o bien a trasladarse, con una carretilla, a la región de Abobo, repitiendo el trayecto que hacían las generaciones pasadas con el mismo fin.
Durante años, se ha denunciado la falta de planificación de las obras en Annobón, quedando los resultados caracterizados por la ineficacia. Según las denuncias, el agua que llega a la ciudad con el fin de ser potable procede de un estanque artificial creado por la empresa encargada de proveer de agua a varias ciudades. Pero esta alberca inicialmente se creó para conseguir agua para las obras de construcción, y no para el consumo. Esta agua, actualmente, es trasladada a otro estanque y, desde allí, sin ningún proceso de tratamiento, se distribuye a la población.
Esta situación de insalubridad podría causar un brote epidemia que supondría el riesgo de convertirse en una pandemia para toda la isla. Las autoridades municipales no conceden permiso a los ciudadanos para hacer llegar agua potable a las casas por la precariedad de la instalación, pero tampoco se ofrece una solución para acabar con el problema tan grave que sufre toda la región.
Fuente: Guinea-Ecuatorial.net