Gabón se suma a la lista de dinastías en África con votaciones polémicas

18/09/2009 | Opinión

Se está convirtiendo en una tradición cada vez más preocupante en África ver cómo los resultados de las elecciones son seguidos por violentos enfrentamientos, a menudo sangrientos. En 2007 pasó en Kenia y hace unos años pasó también en Zimbabue. Recientemente, le ha tocado a Gabón.

Había claros indicios en Kenia, y muchos más en Zimbabue, de que las elecciones presidenciales habían sido amañadas para perjuicio del partido perdedor, de ahí la presión posterior ejercida por la comunidad internacional para que los protagonistas compartiesen el poder.

Hubo dos situaciones curiosas en las elecciones de Gabón: el amplio margen imprevisto entre el titular del cargo y sus adversarios y el retraso largo y sospechoso entre el día de las votaciones y el anuncio de los resultados (desde el 30 de agosto hasta el 4 de septiembre).

Dadas las circunstancias, el anuncio del ganador apenas sorprendió a nadie; ni tampoco la posterior escala de violencia, concentrada en la ciudad portuaria de Gentil, que curiosamente se dirigió a los intereses petroleros franceses.

Desde siempre, la mayoría de los analistas se han resignado a que las elecciones, aparentemente inevitables, no sean más que un trámite meramente secundario en un plan oficialmente orquestado para nombrar a Ali Ben Bongo como el sucesor dinástico de su difunto padre.

Ésta no será precisamente la primera dinastía en el África francófona. En Togo, en el año 2005, Faure Gnassingbe sucedió a su padre Gnassingbe Eyadema que gobernó durante más tiempo que incluso Omar Bongo.

Al igual que Bongo padre, Eyadema tomó la precaución de poner a su hijo en el centro del poder como ministro del gobierno. La única diferencia entre las dos dinastías es que los Bongo poseen un patrimonio petrolífero muy importante mientras que los Eyademas sobreviven principalmente por sus vínculos íntimos con los militares togoleses.

La tensión que originó el retraso en el anuncio de los resultados electorales fue palpable (y comprensible). Gabón es un país pequeño de 1,5 millones de habitantes. Asumiendo que la mitad de ellos están en edad de votar, que estaban registrados como votantes y de hecho votaron, es extraño que les llevara casi una semana cuadrar los resultados.

Para crear aun más confusión, los tres candidatos presidenciales (Bongo por el Partido Democrático Gabonés (PGD), partido que se encontraba en el poder; Pierre Mamboundou de la Alianza para el Cambio y la Restauración y el candidato independiente Andre Mba Obame) se declararon ganadores mucho antes de que el resultado final fuese anunciado.

En un principio, el ministro del interior Jean-François Ndongou iba a publicar los resultados el martes ocho de septiembre, pero la reunión en la que se iba a hacer fue suspendida de forma inesperada y el anuncio se pospuso para el jueves.

Cuando Bongo Junior (de 50 años) anunció que iba a presentarse a las elecciones fingió renunciar a su poderosa cartera de Defensa en una aparente deferencia para generalizar las quejas acerca que no hay condiciones equitativas.

No obstante, su campaña electoral, extremadamente bien financiada, continuó mostrando toda la parafernalia del apoyo gubernamental. Además tenía el visto bueno del Partido Democrático Gabonés, fundado por su padre, que se convirtió en una maquinaria patronal semejante al gobierno.

Incluso fue haciendo declaraciones como si él fuera el candidato beneficiado, advirtiendo antes de la votación a los manifestantes a través de Radio France International: “está claro que no podemos aceptar los disturbios. Tenemos que utilizar todos los organismos que la ley nos autorice (las calles no le pertenecen a nadie)”.

Esta advertencia no fue en vano. Antes de publicar los resultados de las elecciones la seguridad era estricta y las fronteras se cerraron en medio de saqueos esporádicos en Libreville e informes en los que se decía que los dos principales candidatos opositores se habían pasado a la clandestinidad. El hecho de que durante la última semana estos hablaran de un gobierno “alternativo” no pareció que influyera en Bongo ya que tenía el apoyo de los órganos de seguridad.

A diferencia de muchas antiguas colonias francesas que adoptaron el sistema francés, en Gabón no está estipulado una segunda vuelta en las elecciones. El candidato que tenga más votos gana directamente, incluso sin tener la mayoría.

Entre aquellos a los que les ha tranquilizado la victoria de Bongo están los grandes inversores tanto locales como extranjeros. Especialmente Francia, que participa de forma considerable en Gabón a través de la compañía petrolera Total y Gran Bretaña a través de la compañía de exploración petrolera Tullow, que está detrás de los recientes descubrimientos petrolíferos al oeste de Uganda.

GITAU WARIGI

Publicado en The East African, Kenia, el 14 de Septiembre de 2009.

Traducido por Raquel Barrajón, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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