El incierto futuro de las relaciones internacionales de Ruanda

11/09/2024 | Opinión

Hay señales de que la comunidad internacional se está impacientando con el presidente de Ruanda. Así opina Peter Fabricius, consultor del Instituto de Estudios de Seguridad de Pretoria, en un artículo titulado ¿El mundo finalmente se está cansando de los excesos de Kagame?  en el que analiza la nueva victoria electoral de Paul Kagame en la que obtuvo el 99 % de los votos. Los candidatos simbólicos de la oposición, Frank Habineza, del Partido Verde Democrático de Ruanda, y el independiente Philippe Mpayimana, obtuvieron el 0,50 % y el 0,32 % de los votos respectivamente. Los verdaderos contrincantes, Bernard Ntaganda y Victoire Ingabire Umuhoza, fueron descalificados por condenas dudosas, mientras que la comisión electoral prohibió a la crítica de alto perfil de Kagame, Diane Rwigara, por problemas con su papeleo. Constitucionalmente, podría gobernar hasta 2034 si se presenta de nuevo e incluso permanecer más tiempo en el poder si modifica una vez más la constitución del país.

Fabricius opina que la comunidad internacional, en particular los países occidentales, consideran a Kagame un socio fiable y aprecian su capacidad para transformar al país tras el genocidio en el “Singapur de África”: un Estado eficaz por el que vale la pena sacrificar algo de democracia y libertad. Kagame ha desplegado a las tropas ruandesas en diferentes misiones y ha demostrado su “eficacia”. En julio de 2021, las tropas de Ruanda se desplegaron en el norte de Mozambique, Cabo Delgado, y el presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, les encomendó la tarea principal de asegurar la planta de procesamiento de gas de TotalEnergies en Afungi, dejando funciones menores a las tropas de Misión de la Comunidad de Desarrollo de África Meridional en Mozambique (SAMIM). Por otro lado, la Unión Europea (UE) proporcionó unos 20 millones de euros para financiar las operaciones de Ruanda en 2022; el país también se ha ganado la gratitud por proporcionar el mayor contingente de fuerzas de paz a las misiones de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (RCA) y Sudán del Sur; y el propio Kagame se ganó el agradecimiento del gobierno conservador británico por aceptar un acuerdo para procesar en Ruanda a quienes buscan asilo en el Reino Unido. Esta aprobación internacional ha dado como resultado una ayuda exterior considerable, que financia alrededor del 40 % del presupuesto nacional, pero que mantiene opaca la financiación de las intervenciones militares del país.

Sin embargo, el ejército de Ruanda no solo refuerza la seguridad regional, sino que persigue y ejecuta una agenda más ambiciosa. Según International Crisis Group, las tropas ruandesas están “ayudando a fortalecer las instituciones de la República Centroafricana al tiempo que aseguran concesiones mineras y tierras para proyectos agrícolas”. De la misma manera, el Financial Times informa que Mozambique ha otorgado a una empresa de seguridad, respaldada por el partido gobernante de Ruanda, el contrato para proteger las plantas de gas de TotalEnergies en Afungi. Asimismo, recientemente el primer ministro laborista de Gran Bretaña, Keir Starmer, comentó que pondría fin al acuerdo con Ruanda, tras lo cual Kagame negó la posibilidad de reembolsar el dinero, y la representante de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, Stephanie Sullivan, criticó el apoyo de Ruanda al M23 en República Democrática de Congo (RDC), que según el grupo de expertos de la ONU sobre el país podría alcanzar los 4.000 soldados ruandeses. Además, Bélgica se negó a aceptar a Vincent Karega como embajador de Ruanda este año porque era embajador en Pretoria en 2013 cuando el exjefe de inteligencia de Kagame, Patrick Karegeya, fue asesinado en Johannesburgo. Y la UE parece intentar retrasar la donación de otros 40 millones de euros a la misión militar de Ruanda en Mozambique.

Autor: Peter Fabricius

Fuente: ISS – Imagen: World Economic Forum; Number 10

[Traducción y edición, Paloma Vázquez]

[CIDAF-UCM]

Autor

Más artículos de webmaster