Francia estudia el modo de reparar el saqueo de los años coloniales, durante los cuales se trasladaron a París decenas de obras de arte africanas que terminaron en prestigiosos museos, según una promesa hecha por el presidente de Francia, Emmanuel Macron. La promesa ya la había planteado durante su visita, el año pasado, a Burkina Faso.
La casi totalidad del patrimonio africano -como subrayó Macron en su discurso en Uagadugú- se conserva hoy en el hemisferio norte del mundo. Y Francia ha tomado conciencia de esa injusticia así como de la urgencia de su reparación. De hecho, le pidió a dos investigadores universitarios, la historiadora de arte francesa Benedicte Svoy y el economista senegalés Felwine Sarr, que preparen un informe, que ahora está listo para ser examinado por Macron. La investigación se refiere al destino de aproximadamente 90.000 obras de arte africanas alojadas en museos nacionales franceses -la mayoría en el museo Quai Branly, inaugurado en 2006 por Jacques Chirac, que alberga unas 70.000.
París se involucraría en una «reclasificación» de todas esas obras en modo de tener un panorama claro. De ese modo, todos los objetos que fueron quitados por los franceses sin el consentimiento explícito de quien los custodiaba, es «muy probable» que sean restituidos por los países africanos que los pidan. El trabajo y el compromiso, si todo esto se convierte en un procedimiento oficial, parece inmenso: se incluyen en las obras para restituir no sólo lo que se saqueó, sino también los objetos recogidos y catalogados por los etnólogos, metidos en la mochila por soldados, luego trasladados a funcionarios o misioneros que, a su regreso a Francia, los dieron a museos. La decisión no deja de causar polémicas en Francia.
«Pero así el patrimonio que vino de lejos y se acumuló en Francia ahora se dispersará no se sabe dónde? Tendremos que devolver la Gioconda a los italianos y el obelisco de la Plaza de la Concordia a los egipcios?», se preguntó el director del diario Liberation, Laurent Joffrin, en un editorial.
Queda también el interrogante de cómo se comportarán otros museos, europeos y de todo el mundo, que cuentan con importantes colecciones de arte africano.
Fuente: Ansa Latina
[Fundación Sur]
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