Festival Sufi de la unidad: La Unidad en la diversidad, el ejemplo africano , por Juan Ahmad González Barahona

5/11/2010 | Bitácora africana

“¡Hombres! Os hemos creado de un varón y de una hembra
y hemos hecho de vosotros pueblos y
culturas para que os conozcáis unos a otros.” Corán 49:13

Durante varios siglos, las diferentes rutas de esclavos africanos confluían en un punto antes de partir hacia el denominado Nuevo Mundo. Este lugar era la isla de Gorée, situada a tres kilómetros frente a las costas de Dakar, la capital de Senegal. Hoy, más de doscientos años después de que aquella sangría humana cicatrizase, Gorée se ha erigido en un símbolo de la esperanza y el renacimiento de África, donde cohabitan diferentes etnias, culturas y religiones, muchas veces en el seno de una misma familia, al igual que en muchas otras partes de Senegal y África. La comunidad mayoritaria, la musulmana, convive armoniosamente con cristianos, budistas y rastafaris y es habitual ver al imán asistir a la Misa de las fiestas patronales de San Carlos Borromeo o al sacerdote rezar en la mezquita durante el Aid El Kebir (la fiesta del sacrificio del cordero). Así, esta isla se ha convertido en un lugar único que porta a su vez la memoria del calvario colonialista y el impulso de renovación de un continente que tiene mucho más que ofrecer al mundo que materias primas, pues también rebosa de espiritualidad y calor humano, necesidades vitales que son cada vez más carentes en los países “desarrollados”.

Fiel a este compromiso de transmisión espiritual e inspirada en la atmósfera mística y encantadora de Gorée, ha surgido una idea pionera en África Occidental: el I Festival sufí de la Unidad, bajo el lema “Unidad en la diversidad”, que tendrá lugar entre los días 1 y 5 de enero de 2011 en Dakar y Gorée. Se trata de un encuentro multicultural promovido por la Asociación Le Cercle des Souffles, perteneciente a la cofradía sufí Tiyaniyya, en el cual tendrán lugar conferencias, conciertos musicales, exposiciones y prácticas religiosas de meditación. La intención de los promotores de esta gran reunión sufí, como observantes de una dimensión más interior del Islam, es la de “llamar a compartir, unir y aceptar todas las diferencias, para abrirse al universo en el contexto del gran cambio social global”, tal y como reza el presidente del Festival, Brahim Tidjani. Pues no es sólo que exista diversidad de gentes y culturas en otras partes del mundo, sino que ésta se manifiesta cada vez en nuestro propio entorno.
El sufismo en Senegal

África es un continente donde la mayoría de las religiones del mundo coexisten, normalmente sin problemas. Senegal es un ejemplo de ello, donde el Islam, la fe mayoritaria, es seguida por más del 80% de su población, mientras que los cristianos son un 12%, aproximadamente. Gran parte de los senegaleses respetan y comparten además algunos de los ritos ancestrales de las religiones originarias del país. Esta convivencia se forja desde la infancia, pues los niños se educan normalmente entremezclados en las escuelas y muchas veces en sus propias familias. Asimismo, en el ámbito público predomina el interés nacional sobre el religioso, de hecho, el primer presidente y más longevo de Senegal fue Léopolod Sédar Senghor, que era católico y procedente de una familia interconfesional.

En Senegal, los musulmanes se adhieren esencialmente al Islam desde el punto de vista del sufismo, el misticismo islámico, tradición que invita a compartir la unidad islámica desde la máxima apertura a lo universal y la aceptación de la multiplicidad de los signos divinos. Su fuente es el corazón mismo del Islam y su finalidad primordial es completar el anhelo espiritual hacia lo divino del ser humano. Exteriormente, promueve virtudes y comportamientos que ennoblezcan a las persona y contribuyan a la armonía de la sociedad, y prueba de ello es la contribución e impulso que el sufismo aporta a las actuales formas de desarrollo humano, acción social, y espíritu cooperativo de Senegal.
El Festival Sufí de la Unidad es una gran oportunidad para descubrir a la vez dos realidades íntimas muy desconocidas dentro de nuestras fronteras: la espiritualidad africana y el sufismo. En África Occidental el Islam ha sido garante y recolector de la espiritualidad tradicional y está muy lejos de los estereotipos acentuados en el Occidente más septentrional de que es la religión menos tolerante (algo cada vez más difícil de rebatir después de las campañas mediáticas tras el 11S). Tanto es así, que uno de los principales transmisores de las enseñanzas esotéricas preislámicas africanas en Europa es un erudito musulmán, el ilustre Amadou Hampâté Bâ, modelo de encuentro entre religiones y culturas, así como de la tradición oral y la renovación africanas. Sin sus libros no podíamos disfrutar hoy en día de gran parte de esta sabiduría milenaria.

Otro ejemplo de esta conexión entre lo más profundo del África negra y el Islam son muchos los morabitos (persona especialmente piadosa o a la que se atribuye cierto grado de santidad) del oeste africano, que combinan la enseñanza del Corán y el sufismo a la vez que mantienen viva la tradición espiritual africana a través de sus bendiciones, sus ceremonias y los consejos en todo tipo de asuntos a sus seguidores. En este sentido, estos maestros sufíes han heredado la consideración social de los antiguos hechiceros y suelen ser venerados popularmente. El vínculo a través del cual se unen estos ritos preislámicos con el Islam es la baraka, que inunda cada cosa y lugar de la creación en sintonía con las viejas creencias animistas. Además, sus cofradías religiosas (tariqas) son una de las principales formas de organización local en las regiones de Senegambia, el valle del río Níger y Guinea y cumplen importantes funciones educativas y de protección social.
En el Festival sufí de la Unidad estarán presentes los discípulos de dos maestros sufíes especialmente estimados en África Occidental, el Sheij Sidi Ahmad at-Tiyyani y el Sheij Ahmad ibn Muhammad ibn Habiballah, más conocido como Ahmadú Bamba, los fundadores de la Tiyaniyya y el Muridismo, respectivamente, las órdenes sufíes más influyentes de la región. Los encargados de inaugurar el Festival serán los anfitriones tiyaníes, que realizarán uno de los rituales religiosos originales de su tariqa, la “Wazifa”, una meditación en grupo a través del arrepentimiento, la declaración de unicidad divina y las plegarias por el Profeta Muhammad.

La idiosincrasia de esta cofradía está vinculada originalmente al carácter intelectual y cultural magrebí, pues su fundador, argelino de origen, la fundó en la ciudad marroquí de Fez (donde además se encuentra su mausoleo). Sin embargo, con el tiempo, la Tiyaniyya ha ido expandiéndose por todo el mundo, especialmente hacia el sur de África, hasta convertirse en la mayor de todo el occidente africano. Paralelamente a este proceso de adhesión y establecimiento espiritual en el África negra, la impronta de la tariqa ha sido recíprocamente influenciada por sus nuevos discípulos. De hecho, una de las ramas más prolíficas actualmente de la Tiyaniyya es la fundada por Baye («padre» en wolof) Al-Hayy Ibrahim Niass en Kaolack, Senegal, cuyas enseñanzas populares tiene una presencia creciente, no sólo en África occidental, sino también en los Estados Unidos y Europa.

Además de la Tiyyaniya, los muridin también tendrán su papel de anfitrión en este Festival (aunque no sean los organizadores), pues la suya es una tariqa fundada y desarrollada esencialmente en Senegal. De hecho, quien visite el país no podrá abstraerse del retrato del Sheij Ahmadú Bamba, omnipresente en dibujos de casas, tiendas y autobuses o adornando los amuletos sobre el cuello de muchos muridin. Bamba fue, además de un gran maestro sufí, un personaje esencial en la descolonización de Senegal y predecesor de Ghandi en la resistencia pacífica frente al ocupante.

Entre su doctrina espiritual destaca la sacralización del trabajo como vía de purificación en el Islam, lo cual se recoge en una de sus máximas más populares (que es a su vez de origen profético): “Reza como si fuera éste tu último día y trabaja como si fueras a vivir siempre”. Sus discípulos, los talibé (término que deriva del árabe –talib- “estudiante”, la misma raíz de talibán, aunque ambos grupos no tengan nada que ver) tienen reputación de afanosos y poseen muchos negocios por todo el país (de hecho gran parte de los senegaleses que se dedican al comercio en España están vinculados a esta cofradía). La estirpe espiritual de Ahmadú está hoy bajo la custodia de su nieto Serigne Mouhamadou Lamine, quién dirige a la comunidad desde la ciudad que fundó su abuelo, Tuba, la cual se ha convertido, además de un lugar de culto y peregrinación, en un núcleo económico tan importante que ha sido bautizada como la Meca de África. La influencia de la tariqa llega hasta el actual presidente del país, Abdulaye Wade, quien peregrina anualmente al mausoleo de Bamba en Tuba, y también después de cada victoria que consigue en las elecciones. Otro de los seguidores destacados de esta orden es el famoso músico Youssou N’Dour. Precisamente sus cánticos rituales, llenos de musicalidad e imbuidos por la poesía mística de Ahmadú Bamba serán la contribución principal de los muridin al Festival.

Además de las cofradías ya mencionadas, otras hermandades sufíes, venidas principalmente del Magreb, realizarán sus cantos sagrados. Destaca la actuación de la Qadiriya Hamdushiya por la popularidad de sus letanías, la intensidad de sus ceremonias, la belleza de sus poemas y la calidez de sus ritmos inducidos por la darbuka y el bendir.
Alternando a los cultos devotos propiamente dichos, el Festival de la Unidad albergará también las actuaciones de grupos y artistas de inspiración religiosa pero con un acento más marcado en el regocijo musical. La diversidad de éstos, como manda el eslogan del certamen, será la nota predominante. Así, se podrá asistir a la fusión de los estilos magrebí y senegalés que propone el conjunto Anfass Ensemble, cuyas canciones se basan en poemas religiosos tiyaníes.

En la misma senda multicultural y comprometida con la cultura islámica se presenta la formación musical Al Kauthar (cuyo nombre evoca a un rio del paraíso), gestada en Granada, que aporta su unión mística de estilos en los que predomina el toque andalusí sobre sinfonías clásicas occidentales con adornos de las tradiciones siria, turca, flamenca e incluso un cierto regusto celta. Su música se inspira en alabanzas sobre el Profeta y odas sufíes muy arraigadas que ensalzan el amor divino sobre todas las cosas. La aleación resulta a la vez alegre y melancólica, solemne y afable pero, sobre todo, muy íntima.

Otro grupo especializado en la combinación de estilos que asistirá es Hathira Sama, compuesta por tres músicos de la India y Australia que se inspiran en el dhrupad, un género vocal de la música ancestral Hindú. Sirviéndose de esta milenaria tradición como base, el conjunto es especialista en confeccionar temas improvisados con resonancias de este y oeste hasta crear un esmerado océano de sonidos entre el bansuri, el shakuhachi, la tabla india, la acústica electrónica y las voces.
Desde horizontes más próximos, concretamente Mali, vendrá Toumani Diabaté, descendiente de griots (que serían el equivalente africano a los antiguos trovadores europeos). Su prodigiosa carrera le ha llevado a conseguir, entre otros éxitos, el Grammy en 2006 al mejor álbum de música tradicional del mundo (el cual coprodujo junto a Ali Farka Touré) por «In The Heart Of The Moon». También actuarán sus compatriotas Amadou y Mariam, pareja de músicos ciegos que han ido ganando notoriedad a nivel internacional, sobre todo a raíz de su disco Dimanche à Bamako, con el que se ganaron numerosas menciones y galardones. Ambos están comprometidos con la cofradía sufí tiyyaniya desde que conocieron a uno de sus guías espirituales en Fez.

Pero sin duda, el plato fuerte del festival, musicalmente hablando, será la actuación del senegalés Ismael Lo, que además de ser uno de los músicos más famosos de África en la actualidad proviene de una familia afiliada durante generaciones al sufismo. Esto se manifiesta en su extenso repertorio, que refleja su experiencia espiritual sin dejar de aportar un valor musical añadido que combina música mandinga, Rhythm & Blues, soul y melodías Fulani.

El sufismo antes los desafíos del siglo XXI

Si los rituales de meditación y adoración son el alma de este festival y las actuaciones musicales su ritmo vital, el denominado “Foro de la Unidad” será el intelecto que funcione como hilo conductor. Éste se dedicará a abordar los desafíos del mundo actual bajo el prisma de las enseñanzas del sufismo a través de sus conferencias y debates. Para ello acudirán representantes de organizaciones, asociaciones, universidades y gobiernos; artistas y periodistas; así como líderes espirituales e intelectuales venidos de todos los rincones del mundo, principalmente del entorno del sufismo, pero no exclusivamente, pues el objetivo es abarcar un amplio espectro de perspectivas en torno a las inquietudes que presenta el mundo actual. A cada conferencia le seguirá siempre una mesa redonda para invitar al diálogo y promover el máximo intercambio que beneficie a los participantes y desarrolle nuevas formas de pensar y soluciones a problemas comunes, siguiendo la creencia islámica de que muchas veces las diferencias de opiniones son también una muestra de la misericordia de Dios.
Como señala Ali Anta Sow, director del foro, el fin es contemplar el mundo desde el punto de vista de lo que el Islam y el sufismo llaman “El hombre perfecto”, (Al-insan al-kamil), el cual ve las cosas “con el ojo interior, en su esencia y en la Unidad”, mientras que desde el mundo de la materialidad se ven sólo “en su exterior fortuito”. El Foro de la Unidad pretende ser un retorno “a la visión primordial donde las cosas vuelven a nacer en la unidad del Absoluto” y una renovación de las enseñanzas del sufismo respetando su diversidad, sus vías de transmisión y su patrimonio para que éste siga despertando el interés más allá de los límites geográficos del mundo musulmán, pero siempre replanteándose la dimensión interior del hombre en el contexto de la experiencia islámica.

Así pues, entre los temas a tratar a lo largo del «Foro de Unidad» están la mediación espiritual como modo de prevención de conflictos políticos, religiosos y raciales. Ante a este asunto tendrán importantes cosas que decir Abdelbagi Gaillan, Ministro de Asuntos Humanitarios de Sudán y Mustafa Shettima, Ministro de Interior de Nigeria, así como Hassan Boubacar Jallow, Fiscal del Tribunal Penal Internacional para Ruanda. Junto a ellos departirán, entre otros, un importante sheij de Costa de Marfil, Mostafa Santa, y Khalil Gueye, periodista de CNN.
Otras interesantes conferencias girarán en torno a la responsabilidad de las hermandades sufíes frente al extremismo y su papel en el diálogo entre las distintas civilizaciones y culturas. En los debates intervendrán maestros espirituales africanos, árabes y europeos, doctores y periodistas franceses y americanos y presidentes de varias organizaciones y comisiones mundiales. También tendrá cabida el punto de vista sufí respecto a lo que se conoce en España mayormente como “Desarrollo Sostenible”, tanto humano como medioambiental. Este será un espacio dedicado principalmente para que las distintas asociaciones invitadas presenten sus propuestas e iniciativas.
El Foro se acompañará también de exposiciones de fotos, pintura, manuscritos y caligrafía, así como películas relacionadas con los temas tratados en el Festival.

La Caravana de la Unidad

Como evento previo asociado al Festival sufí, se está organizado la que se ha venido a denominar “La caravana de la Unidad”, una invitación a disfrutar de dos semanas en una aventura donde la trascendencia y la solidaridad humana deben ser las energías del viaje. La expedición partirá de la ciudad marroquí de Fez y se dirigirá hacia la sede del Festival, Dakar, atravesando las montañas del Atlas, las dunas del Sáhara occidental, los oasis del Sahel mauritano y el exótico lago Rosa por una ruta mágica llena de simbolismo espiritual en la que los viajeros visitarán a viejos alfaquíes, morabitos de santos sufíes, antiguas fortalezas y poblados llenos de hospitalidad y recogimiento. Entre los integrantes de esta compañía están muchos de los líderes religiosos, artistas, periodistas y escritores que participarán en el Festival. Así, estos peregrinos podrán irse “preparando espiritualmente” para la congregación sufí mientras se alejan y liberan “de sus hábitos e ideas preconcebidas y elevan sus espíritus”, tal y como señala Brahim Tidjani.
Para más información sobre las bases de esta expedición desde España pueden contactar con la Asociación Al Andalus Experience a través de su web http://www.alandalus-experience.com/events/caravan-of-unity.html (inscripciones abiertas hasta el 30 de noviembre) y para más información en general sobre el Festival Sufi pueden consultar también su página oficial: http://www.soufi-festival.com

“Y entre sus Signos está la creación de los cielos y de la tierra, la diversidad de vuestras lenguas y de vuestros colores. Ciertamente hay en ellos signos para los que saben.” Corán 30:22

Autor

  • Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. especialista en Información Internacional y Países del Sur de la Universidad Complutense de Madrid. Participó en el Seminario ‘Solidaridad', organizado por la ONG Solidarios y en el Seminario “Origen y nuevos horizontes de la red terrorista Al Qaida: diagnóstico y respuestas a la amenaza”, UCM.

    Ha trabajado en diversos medios de prensa entre los que se destacaría El Siglo de Europa. Revista especializada en la actualidad política nacional, Webislam, Marruecosdigital.net. donde fue colaborador diario del periódico digital. Realización de reportajes, entrevistas y boletines

    Radio Complutense, Madrid. Radio completamente gestionada por estudiantes de la UCM. Responsable de la redacción y edición de guiones. trabajó asi mismo en Q- news, London, UK. con colaboraciones para la revista cultural y en la Fundación Cultural Azzagra de Granada donde fue Organizador de actividades culturales y de ocio.

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