
Los recientes acontecimientos en el África subsahariana y también en el África del norte, donde las protestas lideradas por jóvenes han desafiado a los líderes arraigados, plantean la posibilidad de que los cambios previstos y deseados se produzcan mucho antes de 2050, cuando la juventud africana será uno de los grupos demográficos más numeroso del mundo, y con mayor impacto en la sociedad.
Por fin, las dinastías familiares y militares, con Camerún, Burkina Faso, RDC, Ruanda, Uganda, Sudán, Marruecos, etc., se ven en peligro de ser superadas por la sociedad, mejor organizada a través de los grupos de jóvenes y estudiantes, que desean una democracia más real y una gobernanza más responsable y comprometida por el bien común.
Los manifestantes de la Generación Z de Marruecos exigen rendición de cuentas y una reforma educativa. Los manifestantes marroquíes se niegan a permitir que la ola de fanfarria que se avecina en torno a la Copa Africana de Naciones de diciembre eclipse sus reivindicaciones, e instan a boicotear los partidos de futbol en los nuevos estadios del país. El sábado reiteraron sus reivindicaciones anteriores y pidieron la liberación de los manifestantes detenidos durante las protestas del GenZ212. Tras una pausa de ocho días, centenares de jóvenes manifestantes salieron a la calle el sábado para demostrar que mantenían su compromiso de protestar contra la corrupción y las deficiencias de la sanidad y la educación.
Según “África News”, la juventud africana se siente ignorada en la mayor parte de todos los países africanos. Se moviliza pacíficamente para exigir empleo y mejores condiciones de vida. Estos jóvenes, cada día más conectados y mejor informados, denuncian la creciente brecha entre el crecimiento económico y las oportunidades reales de que disponen. Las reacciones de los gobernantes siguen siendo inadecuadas, lo que aumenta la frustración y el malestar social.
Los gobernantes africanos multimillonarios tienen los días o años contados porque la sociedad cada día más joven y educada, de Marruecos, Sudán, Kenia, Uganda, Ruanda, República Democrática del Congo (RDC), Burkina Faso, etc., van a exigir con más y más urgencia una gobernanza más democrática, profesional y ética de los recursos disponibles en cada país.
Los jóvenes y las mujeres no van a aceptar las dictaduras militares, que siguen abusando de su poder militar para beneficiarse a sí mismos, sin importarles lo más mínimo el bien común y el desarrollo sostenible para toda la sociedad. Las dinastías africanas que todavía abusan del poder y acaparan fortunas ven sus posesiones en peligro.
Como nos recuerdan los economistas más prestigiosos del mundo, estos gobernantes dictatoriales actuales ni pueden, ni quieren, ni saben como gobernar con justicia, equidad y profesionalidad los recursos abundantes de nuestros países.
Será necesaria la colaboración de todos los profesionales, educadores, científicos, estudiantes y movimientos populares para exigir juntos una nueva calidad de gobernantes y gestores profesionales, para promover juntos una vida digna para todos y el bien común para las generaciones futuras.
De nuevo, solo las generaciones jóvenes más oprimidas podrán ser pioneras de su propia liberación. Los gobernantes lo saben y temen el poder de transformación de una sociedad educada y bien organizada.
Este compromiso de los jóvenes en África por una gobernanza más democrática, responsable y justa puede ser el motor de transformación social, que tanto añoramos en todos los pueblos del Planeta.
CIDAF-UCM


