Esperanza significa mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y cuidado solidario de los demás, por Lázaro Bustince

12/02/2025 | Bitácora africana, Opinión

Caminamos siempre con esperanza porque creemos en la bondad del corazón humano y del corazón de Dios. Vivo en la esperanza porque he experimentado el Amor, de los demás y por tanto de Dios.

El deseo de un mundo sin clases, sin guerras y sin hambre, un mundo justo y libre ha sido en algunos momentos de la historia como puro realismo porque parecía que estaba cercano y realizable. Pero también ha conocido la historia humana tiempos de desánimo y de desorientación.

En los años ochenta del siglo XX, la crisis de la modernidad, seguida de la actual posmodernidad, ha convertido el futuro en una idea del pasado, dejando a muchas personas sin esperanza.

Abandonamos el siglo XX y entramos en el XXI, sin salirnos de la senda humana que camina sobre millones de personas exterminadas por la acción irresponsable y opresora de tantos poderosos de la tierra.

Además, ahora, en medio de un aumento de fundamentalismos ideológicos, llegamos a darnos cuenta de que se terminan los recursos: el agua, el petróleo, el aire limpio y los ecosistemas.

Tenemos problemas, desde la crisis financiera hasta los efectos sociales de la inteligencia artificial, pasando por la pandemia, la crisis ecológica, la pobreza mundial, los conflictos bélicos y el terrorismo.

Al mismo tiempo, los seres humanos nos negamos a aceptar que estas crisis sean irreversibles, precisamente porque son consecuencia de acciones humanas. No aceptamos el fatalismo como actitud de vida.

Nuestro proyecto es el de la fraternidad total entre los seres humanos, de reconciliación universal de hombres y mujeres que creen en la bondad del ser humano y en la creación de una familia humana, más justa y solidaria.

No es realista esperar que todo va a salir bien, pero si creemos que construir una nueva fraternidad tiene sentido. Este compromiso liberador y solidario es válido, aunque los resultados sean limitados. No hay acto de bondad y de generosidad que caiga en saco roto, y algo cambia para mejor.

Necesitamos luchar por una justicia más real y una liberación de toda esclavitud y abuso de poder, para construir una sociedad humana más como familia. Aunque no se cumpla del todo, el compromiso será siempre fructífero y necesario. El ser humano es un ser limitado con aspiraciones ilimitadas.

El futuro se decide, en buena medida, hoy. Es por eso por lo que el futuro nos transforma. Una de las consecuencias más relevantes derivadas de la configuración por la incertidumbre de nuestras sociedades avanzadas es la importancia que adquiere elegir entre posibilidades de futuro abiertas, no predeterminadas. Para ser libres y responsables, hemos nacido libres.

Mirar la realidad con los ojos de la esperanza, que es lo mismo que mirarla con los ojos de la fé, transforma la realidad. No por un ejercicio de ilusionismo, sino por una lectura de la realidad con confianza que descubre las posibilidades inéditas, como las del grano de trigo que renace en la tierra y florece.

En esta tarea será necesario mantener buenas dosis de confianza y de audacia, que resisten el desaliento, a base de convicción y de aguante que permiten someterse a las condiciones adversas, sin claudicar en la esperanza.

Lázaro Bustince

CIDAF-UCM

Autor

  • Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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