Un anuncia calificado de error es el origen del asunto y de las revelaciones que han salido a la luz del día, una paradoja en el tratamiento de los medios en Camerún.
La ayuda del gobierno camerunés a algunos medios extranjeros como la cadena de televisión inglesa British Broadcast Corporation, BBC, o la televisión de Francia, que no hablan de Camerún más que de lo que sale en la prensa camerunesa, cuyo apoyo gubernamental no supera los 500 millones de francos CFA [750.000 euros] anuales. En Yaundé, el corresponsal de la BBC ha declarado estar sorprendido al escuchar esto “es extremadamente inoportuno, sobre todo para nosotros que colaboramos con esos medios. Ni nos imaginamos, mientras informamos, recibir una ayuda de cualquier naturaleza, del gobierno. Ignoro de qué ayuda se trata y no puedo hablar sobre ello”, hizo saber Jean David Mihamle, comentando esta noticia. En el ministerio de la Comunicación de Camerún han intentado minimizar el caso, justificando como pueden este escándalo. “Cada dos años, el Mincom publica la lista de los medios, que para bien o para mal han producido trabajos sobre Camerún. Esta clasificación que hacemos cada dos años, no está destinada al público; es para circulación interna y en ningún momento esto es cuestión de dar dinero a cualquier medio extranjero. Por otra parte sería muy grave que se descubra en Europa que una empresa de prensa ha recibido dinero de un país africano”, declaró Janvier Mvoto Ombounou, el director de medios privados del ministerio camerunés de la comunicación, según las informaciones ofrecidas por el diario Mutations.
Sin embargo, en el seno de la corporación de comunicadores, las explicaciones del ministerio de la Comunicación acaban de sacar a la luz una práctica muy frecuente en Camerún. “Cada año, Camerún recibe entre 20 y 30 periodistas que vienen a hacer reportajes por su propia cuenta, para publicar diferentes copias. El ministerio de la Comunicación les da a estos efectos tres tipos de apoyo o facilidades, tarjetas de acreditación, que son carnets de prensa, a las que tienen acceso los periodistas durante cortas estancias en Camerún, cartas de recomendación para las administraciones publicitarias como lo recomienda la ley, y por último se les dan cartas de recomendación para los directores de empresas públicas”, explicó el responsable del ministerio, según el periódico camerunés, Mutations.
Detrás de esta simple afirmación, se esconde una realidad bien conocida por los responsables de la comunicación de ministerios y otras empresas paraestatales. Con motivo de querer dar una buena imagen, de la república de Camerún en el extranjero, estos periodistas internacionales podrían pasar facturas de hasta 20 millones de francos CFA [unos 30.000 euros], por un publirreportaje de dos páginas, del que no se puede verificar la publicación, ni la difusión efectiva en y para los medios concernidos. “todos los días vemos cómo pasa esto aquí, cada uno con su carta de recomendación, ya sea del ministerio, ya sea de otro alto cuadro del país. A veces bajo presión, estamos obligados a firmar documentos por los cuales no tenemos ninguna garantía de pertinencia”, nos dijo un responsable de comunicación en un ministerio, bajo condición de anonimato. La BBC y los otros medios europeos ¿formarán parte de esta categoría? Es difícil de decir. La empresa británica por su parte posee una sede en Camerún, con corresponsales permanentes y un cuadro lógico de colaboración.
A pesar de las explicaciones dadas por el ministro de la Comunicación y sus colaboradores, persisten numerosos interrogantes. ¿Cómo una información interna se ha hecho pública en la SOPECAM, órgano del estado, y sensible a la protección de la imagen del gobierno? Otra cuestión que la gente quiere saber es sobre qué base se ha evaluado la pertinencia de los medios citados en este asunto, si el país recibe cada año docenas de periodistas. En un análisis publicado en el último número del periódico “L’oeil du Sahel” se admiten dos hipótesis “O estas televisiones públicas han sido corrompidas efectivamente por el gobierno camerunés y deberían reembolsar este dinero, o que publiquen desmentidos o derechos de réplica, y eventualmente que lleven el asunto a los tribunales por difamación. Si no ocurre así, estos medios serían cómplices pasivos de los corruptores y los que malversan fondos públicos en Camerún”. Por ahora, todavía se espera una reacción oficial de los medios aludidos.
Idriss Linge
(Journal du Cameroun, 26-06-12)
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