Es hora de que las mujeres Negras dejen de seguir una agenda feminista blanca

Como defensor masculino de las mujeres negras, espero que mis hermanas reciban finalmente el mensaje de que las mujeres blancas no son sus aliadas. El apoyo de la senadora de Maine Susan Collins a la confirmación de Brett Kavanaugh para el Tribunal Supremo fue la máxima traición de una mujer contra muchas.

Desde la nominación presidencial de Hillary Clinton he luchado por entender como hombre negro por qué tantas mujeres negras han defendido agendas feministas blancas en apoyo de mujeres blancas que disminuyen la coalición entre hombres y mujeres negras. Estas son las mismas mujeres blancas que votaron abrumadoramente por un presidente racista, misógino y xenófobo, y que, según una reciente encuesta de Quinnipiac, tenían la misma probabilidad de creer a Kavanaugh (41%) como a la profesora Christine Blasey Ford (48%).

Las mujeres negras han enterrado una agenda feminista negra — feminismo que centra su historia y su experiencia vivida— por una perspectiva feminista blanca que siempre ha promovido el patriarcado y la hegemonía blanca, dejándolas sin nada más que hogares rotos y promesas mal logradas.

¿Cómo podemos olvidar la imagen de Clinton de pie en el escenario central en la Convención Nacional Demócrata 2016 en Filadelfia? Allí, estaba ella rodeada de mujeres Negras, llamadas cariñosamente «Madres del Movimiento», en reconocimiento de los asesinatos públicos de personas negras desarmadas, incluidos varios niños. Dejemos de lado el hecho de que estas muertes fueron en gran parte asesinatos de hombres negros, y de que el compromiso emocional de los padres Negros con sus hijos negros fue completamente suprimido. Las mujeres Negras no recibieron nada por su desempeño público y el apoyo hacia otra mujer blanca, que ganó millones de dólares en los beneficios residuales de su libro.

Todavía no he oído si esas madres recibieron un cheque.

La historia del feminismo ha dejado a las mujeres negras sin equidad social, ni de género, ni económica. Por ejemplo, según la Oficina del Censo de los Estados Unidos y el Instituto de Política Económica, los altos cargos de mujeres Negras ganan la mitad de lo que ganan las mujeres blancas. Mientras que las mujeres blancas ganan el 79% del dólar del hombre blanco, las Negras ganan solo ganan el 63%. Esto, a pesar de que las mujeres negras tienen mayor participación en la fuerza laboral que las mujeres blancas.

Cuando las mujeres blancas estaban entrando en sectores como la educación, las aerolíneas y los directorios de empresa, las mujeres Negras seguían siendo dejadas en las cocinas, el trabajo doméstico y los trabajos de baja calificación en las fábricas.

Pero ahora, cuando Collins votó a favor de un hombre rico blanco, que en el mejor de los casos, tiene inclinaciones hacia la exageración y la distorsión, y en el peor de los casos es un mentiroso y un abusador sexual, nos volvemos a dar cuenta de las motivaciones del 53% de las mujeres blancas que votó por Donald Trump.

Cuando todo está dicho y hecho, las mujeres blancas apoyarán el patriarcado y la blancura para su propia seguridad personal, social y económica.

¿Pensó Collins sobre la posición vulnerable en la que colocaba a las mujeres negras cuando decidió apoyar a Kavanaugh a pesar de creer que Blasey Ford «es una sobreviviente de un asalto sexual y que este trauma ha alterado su vida»?. Si pudo dar tan poca importancia a la experiencia de Blasey Ford, entonces, ¿qué apoyo recibirán las mujeres negras de las mujeres blancas cuando se trate de su integridad corporal?

¿Qué instituciones ayudarán a construir las mujeres blancas como Collins para apoyar a las mujeres negras cuando se trate de servicios familiares, atención médica o agresión doméstica ahora que el tribunal más alto en la tierra ha sido preparado para impedir el avance en asuntos de desarrollo o defensa de los derechos de las mujeres?

Si las mujeres negras aceptan lo que Collins afirma, entonces un testimonio que es «sincero, doloroso y convincente» no es una defensa. Por lo tanto, defender el caso de las mujeres negras ante las mujeres blancas parece inútil.

Por lo que puedo recordar, la agenda feminista blanca nunca ha supuesto una protección segura para defender los intereses de las mujeres negras. Durante siglos las mujeres blancas han sido parte de la conspiración para la esclavitud, el linchamiento, el encarcelamiento en masa, la supresión del voto y la desigualdad de género. Han utilizado públicamente a las mujeres negras como apoyo para promover una causa de la que solo ellas obtendrían beneficios.

¿No te lo crees? Esto es, en parte, la razón por la que Sojourner Truth declaró su condición de mujer Negra en su discurso “Ain’t I A Woman” en la convención de los Derechos de la Mujer de 1851 en Akron, Ohio.

Esto no quiere decir que los hombres negros y las mujeres negras no tengan conflictos en torno a la violencia y la paridad de género. Sin lugar a dudas, esta relación necesita atención crítica. Incluso cuando las mujeres negras avanzan en el trabajo y en el empresariado, aún ganan solamente el 87% del dólar de un hombre negro. Y los hombres negros necesitan hablar más fuerte contra la violencia doméstica. Tenemos que desafiar el arreglo social que desplaza a los hombres negros de los niños, en particular en la organización de prisiones, dejando a nuestras mujeres como únicas fuentes de ingresos en el hogar.

Con suerte, Collins, sin embargo, ha ayudado a las mujeres negras a aceptar finalmente que el avance de la mujer negra nunca estará asegurado en brazos de las mujeres blancas.

Marlon A. Smith

Fuente: The Grio

[Fundación Sur]

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