Enfermedad no diagnosticada en la República Democrática del Congo: Informe de la OMS

11/12/2024 | Crónicas y reportajes

Situación en resumen

Entre el 24 de octubre y el 5 de diciembre de 2024, la zona sanitaria de Panzi, en la provincia de Kwango (República Democrática del Congo), registró 406 casos de una enfermedad no diagnosticada con síntomas de fiebre, dolor de cabeza, tos, secreción nasal y dolor de cuerpo. Se informó que todos los casos graves presentaban desnutrición severa. Entre los casos, se registraron 31 muertes. La mayoría de los casos notificados corresponden a niños, en particular menores de cinco años. La zona es rural y remota, y el acceso se ve dificultado aún más por la temporada de lluvias en curso. Se estima que llegar a ella desde Kinshasa por carretera lleva unas 48 horas. Estos desafíos, sumados a los diagnósticos limitados en la región, han retrasado la identificación de la causa subyacente. Se han desplegado equipos de respuesta rápida para identificar la causa del brote y fortalecer la respuesta. Los equipos están recogiendo muestras para realizar pruebas de laboratorio, proporcionando una caracterización clínica más detallada de los casos detectados, investigando la dinámica de transmisión y buscando activamente casos adicionales, tanto dentro de los centros de salud como a nivel comunitario. Los equipos también están ayudando con el tratamiento de los pacientes, la comunicación de riesgos y la participación de la comunidad. Dada la presentación clínica y los síntomas notificados, y una serie de muertes asociadas, se están considerando la neumonía aguda, la gripe, la COVID-19, el sarampión y la malaria como posibles factores causales, con la desnutrición como factor contribuyente. La malaria es una enfermedad común en esta zona y puede estar causando o contribuyendo a los casos. Se están realizando pruebas de laboratorio para determinar la causa exacta. En esta etapa, también es posible que más de una enfermedad esté contribuyendo a los casos y las muertes.

Descripción de la situación

El 29 de noviembre de 2024, el Ministerio de Salud Pública de la República Democrática del Congo notificó a la OMS una alerta sobre el aumento de las muertes por una causa no diagnosticada en la zona sanitaria de Panzi.

Entre el 24 de octubre y el 5 de diciembre de 2024, la zona sanitaria de Panzi, en la provincia de Kwango, ha registrado 406 casos de una enfermedad no diagnosticada con síntomas de fiebre, dolor de cabeza, tos, secreción nasal y dolor de cuerpo y 31 muertes (tasa de letalidad o CFR del 7,6 %). Los casos notificados alcanzaron su punto máximo en la semana epidemiológica 45 (semana que finalizó el 9 de noviembre de 2024). El brote aún continúa. Según una conferencia de prensa del Ministerio de Salud del 5 de diciembre, se han producido varias muertes adicionales fuera de los centros de salud (muertes comunitarias). Estas muertes aún deben investigarse, caracterizarse (edad, género, etc.) y verificarse.

Se han notificado casos en nueve de las 30 áreas sanitarias de la zona sanitaria de Panzi: Kahumbulu, Kambandambi, Kanzangi, Kasanji, Kiama, Mbanza Kipungu, Makitapanzi, Mwini ngulu y Tsakala Panzi. La mayoría de los casos (95,8 %) se notifican en las áreas sanitarias de Tsakala Panzi (169), Makitapanzi (142) y Kanzangi (78).

En la zona sanitaria de Panzi, los niños de 0 a 14 años representan el 64,3 % de todos los casos notificados, y los grupos de edad de 0 a 59 meses, 5 a 9 años y 10 a 14 años representan el 53 %, el 7,4% y el 3,9% de los casos, respectivamente. Las mujeres constituyen el 59,9% del total de casos. Entre las muertes, el 71 % son menores de 15 años, y el 54,8 % del total en niños menores de cinco años. Se notificó que todos los casos graves había desnutrición. Hay 145 casos de personas de 15 años o más, de los cuales nueve murieron (CFR: 6,2 %). Las muertes se han producido principalmente en las comunidades de las aldeas.

En los últimos meses, la inseguridad alimentaria se ha deteriorado en la zona, la cobertura de vacunación es baja y el acceso a diagnósticos y atención de casos de calidad es muy limitado. Hay escasez de suministros y medios de transporte y de personal sanitario en la zona. Las medidas de control de la malaria son muy limitadas.

La presentación clínica de los pacientes incluye síntomas como fiebre (96,5 %), tos (87,9 %), fatiga (60,9 %) y secreción nasal (57,8 %). Los principales síntomas asociados con la muerte incluyen dificultad para respirar, anemia y signos de desnutrición aguda. En función del contexto actual de la zona afectada y la amplia presentación de los síntomas, es necesario descartar una serie de enfermedades sospechosas mediante investigaciones adicionales y pruebas de laboratorio. Estas incluyen, entre otras, sarampión, gripe, neumonía aguda (infección de las vías respiratorias), síndrome hemolítico urémico por E. coli, COVID-19 y malaria.

Respuesta de salud pública

  1. Liderazgo y coordinación:

Se ha fortalecido la coordinación a nivel nacional, provincial y comunitario. El 30 de noviembre de 2024, se celebró la primera reunión del Centro de Operaciones de Emergencia de Salud Pública (COESP) con todos los socios para abordar la alerta, tras lo cual se envió un equipo de respuesta rápida (RRT) de la provincia de Kwango a Panzi. El 3 de diciembre de 2024, se convocó una segunda reunión del COESP con los socios, que condujo a la decisión de enviar un RRT a nivel nacional a Panzi con el apoyo de la OMS.

Se están celebrando reuniones diarias de coordinación a nivel nacional, en las que los equipos provinciales participan activamente en la planificación y la respuesta en curso.

  1. Vigilancia:

Se ha desarrollado una definición de caso basada en los síntomas clínicos observados, que está guiando los esfuerzos de vigilancia y notificación.

Se está realizando una búsqueda activa de casos en los centros de salud, incluidas las revisiones de los registros hospitalarios para identificar casos adicionales. También se están organizando investigaciones y búsqueda activa de casos en la comunidad. La recopilación de datos está en curso y se centra en la preparación de una lista de casos y un análisis epidemiológico detallado.

Se están investigando las muertes en la comunidad para comprender mejor la dinámica de transmisión y el alcance del brote.

  1. Gestión de casos:

El 30 de noviembre se envió un equipo de respuesta rápida provincial a Panzi y el 7 de diciembre se envió un equipo de respuesta rápida multidisciplinario a nivel nacional, que incluía a expertos de la OMS, para investigar el brote y reforzar la respuesta.

Los equipos llevan medicamentos para apoyar la gestión de casos y prevenir más muertes.

Se están realizando esfuerzos para fortalecer la capacidad de los proveedores de atención médica para garantizar la mejor atención posible a los pacientes.

  1. Laboratorio:

Se transportaron equipos de laboratorio para recolectar muestras de los casos y enviarlas para su análisis al INRB en Kinshasa. Además, se han proporcionado pruebas rápidas de diagnóstico de malaria y COVID-19 para ayudar en el diagnóstico.

  1. Comunicación de riesgos y participación comunitaria:

Se han elaborado mensajes clave para mejorar la conciencia pública y alentar comportamientos preventivos generales. Estos mensajes se están difundiendo a través de la participación comunitaria, con campañas de sensibilización en marcha.

  1. Prevención y control de infecciones:

Se están reforzando las medidas de prevención y control de infecciones. Se ha informado a los trabajadores sanitarios y asistenciales sobre las prácticas clave, incluido el uso adecuado de mascarillas, el lavado de manos y los guantes para reducir el riesgo de una mayor transmisión.

  1. Logística

Se está brindando apoyo logístico para una gestión eficaz de los casos, incluido el transporte de muestras a la INRB Kinshasa para realizar pruebas de laboratorio. Se está suministrando a los centros de salud y hospitales de las zonas sanitarias más afectadas medicamentos y kits de muestreo adecuados para apoyar la respuesta.

Evaluación de riesgos de la OMS

Se están realizando esfuerzos para abordar el brote en la zona sanitaria de Panzi, sin embargo, siguen existiendo desafíos importantes en la respuesta clínica y epidemiológica que aumentan el riesgo para la salud pública de la población afectada. Se han notificado casos graves con anemia, dificultad respiratoria y desnutrición. La zona afectada es remota, lo que complica la evaluación y la respuesta. La Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (CIF) para los niveles de inseguridad alimentaria aguda en la provincia de Kwango aumentó de la CIF 1 (aceptable) en abril de 2024 a la CIF 3 (Nivel de Crisis) en septiembre de 2024. Esto sugiere una fase significativa de aumento de la inseguridad alimentaria y el riesgo de desnutrición aguda grave.

Desde el 24 de octubre se han observado síntomas como fiebre, tos, dolor de cabeza y dolor corporal, principalmente a través de informes de los trabajadores de la salud, pero los datos de Vigilancia y Respuesta Integradas de Enfermedades (IDSR) sobre las tasas de enfermedades respiratorias de referencia para la zona sanitaria afectada no están disponibles para establecer tendencias. Se han notificado casos en grupos familiares, lo que sugiere una posible dinámica de transmisión dentro de los hogares, aunque se necesita investigación adicional. Además, no hay información disponible sobre la cobertura de vacunación específica, incluida la vacunación infantil, en la zona sanitaria afectada, lo que genera incertidumbre sobre la inmunidad de la población privada de vacunas.

También se han identificado deficiencias en la gestión de casos. Con frecuencia se producen desabastecimientos de medicamentos para tratar enfermedades comunes y la atención no se proporciona gratuitamente, lo que podría limitar el acceso al tratamiento para las poblaciones vulnerables.

La lejanía de la zona afectada y las barreras logísticas, incluido un viaje por carretera de dos días desde Kinshasa debido a la temporada de lluvias que afecta las carreteras y la cobertura limitada de la red de telefonía móvil e Internet en las zonas sanitarias, han dificultado el rápido despliegue de los equipos y recursos de respuesta. Además, no hay ningún laboratorio funcional en la zona sanitaria ni en la provincia, por lo que es necesario recoger y enviar muestras a Kinshasa para su análisis. Esto ha retrasado los esfuerzos de diagnóstico y respuesta. La falta de suministros para la recogida de muestras ha limitado aún más la capacidad de diagnóstico, lo que deja importantes lagunas en la comprensión de la etiología del brote.

La inseguridad en la región añade otra capa de complejidad a la respuesta. La posibilidad de ataques por parte de grupos armados plantea un riesgo directo a los equipos de respuesta y a las comunidades, lo que podría perturbar aún más la respuesta.

Sobre la base de la lógica anterior, el nivel de riesgo general para las comunidades afectadas se evalúa como alto.

A nivel nacional, el riesgo se considera moderado debido a la naturaleza localizada del brote dentro de la zona sanitaria de Panzi, en la provincia de Kwango. Sin embargo, el potencial de propagación a las zonas vecinas, junto con las deficiencias en los sistemas de vigilancia y respuesta, ponen de relieve la necesidad de una mayor preparación.

A nivel regional y mundial, el riesgo sigue siendo bajo en este momento. Sin embargo, la proximidad de la zona afectada a la frontera con Angola plantea preocupaciones sobre la posible transmisión transfronteriza, y la vigilancia continua y la coordinación transfronteriza serán esenciales para mitigar este riesgo.

La confianza actual en la información disponible sigue siendo moderada, ya que persisten importantes lagunas en los datos clínicos, epidemiológicos y de laboratorio.

Consejos de la OMS

Para reducir el impacto del brote en la zona sanitaria de Panzi y mitigar su propagación, la OMS recomienda las siguientes medidas:

El fortalecimiento de los mecanismos de coordinación a todos los niveles (nacional, provincial, zonal y local) es fundamental para una respuesta unificada. Se requiere una infraestructura de comunicación mejorada, como teléfonos satelitales, para superar la cobertura limitada de la red en las zonas afectadas. La colaboración transfronteriza con Angola también es crucial para monitorear casos similares y prevenir la posible transmisión transfronteriza.

Mejorar los esfuerzos de vigilancia es una prioridad para identificar y responder a los casos con prontitud. Las búsquedas activas de casos deben continuar tanto en los centros de salud como en las comunidades, con especial atención en las áreas que notifican muertes y grupos familiares. Se debe fortalecer la vigilancia comunitaria para garantizar la detección temprana de casos y una respuesta rápida.

Será necesario caracterizar cuidadosamente el síndrome clínico y los resultados y mejorar la definición de caso en función de la información recopilada para comprender la situación. En particular, se deben recopilar datos que aclaren la posibilidad de coinfección y patologías múltiples, así como las incertidumbres en los resultados entre los grupos vulnerables. La OMS ha establecido la Plataforma Clínica Mundial para proporcionar un análisis rápido de datos estructurados utilizando registros de casos anónimos; se recomienda su uso para la captura detallada de síndromes y resultados de los pacientes.

La gestión eficaz de los casos requiere garantizar un suministro adecuado de medicamentos esenciales para apoyar el tratamiento y prevenir más muertes. Se deben distribuir pruebas rápidas de diagnóstico de la malaria para facilitar el diagnóstico diferencial, mientras que las pruebas de laboratorio deben acelerarse mediante el envío de muestras al INRB Kinshasa para confirmar o descartar causas sospechosas, incluidas la COVID-19 y la gripe. El fortalecimiento de la capacidad de laboratorio a largo plazo y la descentralización serán importantes para la provisión de la capacidad de diagnóstico en la zona sanitaria afectada.

Las medidas de prevención y control de infecciones (PCI) deben reforzarse en todos los centros de salud. Los trabajadores de la salud deben recibir capacitación sobre prácticas de PCI, incluido el uso adecuado de equipos de protección personal (EPP), como mascarillas y guantes, así como estrictos protocolos de higiene de manos. Estas medidas reducirán los riesgos de transmisión dentro de los centros de salud y mejorarán la seguridad de la prestación de atención médica.

La comunicación de riesgos y la participación de la comunidad son esenciales para aumentar la conciencia pública. Se deben difundir mensajes específicos para educar al público sobre los síntomas de las enfermedades respiratorias, las medidas preventivas y la importancia de buscar atención médica de manera temprana. Se debe involucrar a los líderes comunitarios para generar confianza y alentar el cumplimiento de las pautas de salud pública. Abordar la desinformación y los temores dentro de la comunidad es fundamental para garantizar una colaboración eficaz en la respuesta.

Los desafíos logísticos y de seguridad también requieren atención. El fortalecimiento del apoyo logístico para el despliegue de equipos y suministros garantizará el acceso oportuno a las áreas afectadas. Se deben desarrollar planes de contingencia para abordar la posible inseguridad planteada por los grupos armados, salvaguardar al personal de respuesta y mantener la continuidad de las actividades de respuesta.

Se necesitan más investigaciones para aclarar si la anemia observada en los casos graves está relacionada con el brote. La hipótesis principal de la enfermedad respiratoria debe validarse estudiando su relación con la gripe estacional y otros factores potenciales. Además, se deben revisar los brotes históricos, como el de fiebre tifoidea que se informó en la zona sanitaria hace dos años, para identificar vulnerabilidades recurrentes que puedan informar las iniciativas de respuesta actuales. Además, comprender las tasas generales de desnutrición e identificar casos de desnutrición aguda en la población afectada puede brindar información para brindar una atención nutricional adecuada y prevenir más muertes.

Fuente: Organización Mundial de la Salud (8 de diciembre de 2024). Noticias sobre brotes de enfermedades; Enfermedades no diagnosticadas – República Democrática del Congo

[CIDAF-UCM]

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