por Ndeye Khady Lo

Slateafrique

16-11-2011

A partir del año escolar 2011-2012, no se podrá llevar el velo en las escuelas católicas del Senegal, bajo pena de “expulsión temporal o definitiva”. Esta medida de la Dirección de la enseñanza católica del Senagal (Didecs) ha creado una fuerte polémica en Senegal. Algunos lo han analizado como una “estigmatización de la mayoría religiosa” en un país donde el diálogo islamo-cristiano está erigido como un principio de vida.

El asunto ha creado mucho ruido. Unos 20 alumnos del Colegio Jacinta Thiamdum ha sido excluida por a causa del velo islámico en el mes de octubre. Kalidu Dialo, el ministro senegalés de la Educación nacional se ha levantado contra esta decisión estimando que “la expulsión de una veintena de alumnos del colegio Thiamdum como de cualquier otra escuela, privada o laica, confesional, por llevar un vestido que es símbolo de una religión está prohibido”. Según su opinión, es un principio que debe respetar el reglamento interior de una escuela.

“Voy a proceder a escribir una carta circular para recordar a todos los establecimientos privados y confesionales para que sepan que el Senegal es un país laico, democrático que respeta todas las sensibilidades”, indica el ministro.

Algunas semanas más tarde, el mismo ministro mantiene que las alumnas con velo deben evitar ir contra el reglamento que busca la convivencia común evitando provocar los otros con su comportamiento.

Amenaza sobre la paz social

Después del Colegio Thiandum, el colegio Anne Marie Javouhaey ha procedido a expulsiones por los mismos motivos. Estas escuelas, conocidas por sus buenos resultados escolares, han sido objeto de la cólera de las asociaciones islámicas que denuncian una discriminación y falta de tolerancia religiosa.

Las Asociaciones islámicas han organizado una conferencia de prensa para protestar por la medida. “No aceptaremos más que una minoría imponga su ley a la mayoría. Si se reconoce esta medida discriminatoria fundada en la pertenencia religiosa, la coexistencia pacífica entre la comunidad cristiana y musulmana, que hasta ahora ha sido posible gracias a la tolerancia y el respeto de cada uno en su fe, podría estar seriamente comprometida”, dice el Iman Bamaba Sall, presidente del Comité director de las Asociaciones islámicas.

Esta agrupación de asociaciones islámicas ha invitado al Cardinal Teodoro Adriano Sarr a implicarse para preservar la coexistencia pacífica entre las diferentes comunidades religiosas del Senegal.

« Las alumnas excluidas deberían enfadarse con ellas mismas »

Su Eminencia ha reaccionado inmediatamente a esta llamada. “En estos tiempos de lucha y de promoción para una vida en común, la escuela privada católica no puede aceptar que se fuerce a los alumnos a diferenciarse con comportamientos que están en contradicción con su espíritu de familia y de abertura”, ha declarado el cardenal Sarr después de la misa organizada con ocasión de la fiesta de Todos los Santos.

Para confirmar sus opiniones, el cardenal evoca « el caso de los alumnos que no dan la mano a sus camaradas o se niegan a sentarse en el mismo banco, bajo pretexto de sus convicciones religiosas, agrupándose y aislándose en el patio de recreo por las mismas razones y negándose a llevar el uniforme de la escuela”.

« Reconociendo que estos comportamientos son minoritarios, sin embargo están en contradicción con las reglas de disciplina general y perjudican al buen funcionamiento del establecimiento”, afirma el Cardinal.

Según él, las alumnas excluidas no « deberían enfadarse más que con ellas mismas” ya que han tenido “actitudes y comportamientos de auto-segregación y de auto-exclusión”.

Esta posición ha sido defendida por el periodista Chij Yerim Seck. En un comentario titulado “Fuera provocaciones inútiles”, el periodista se pregunta “¿Cómo una persona sincera, que educa a sus hijos en la fe musulmana ciertamente, pero con los preceptos ligados a la Hermandad Ibadu Rahman, no preferiría que su hija fuera a estudiar en una escuela que educa e instruye, incluso sin dar el catecismo, según los principios morales y culturales de la fe católica?”

Las escuelas católicas están ocupadas en un 80% por alumnos de confesión musulmana. “Y esto funciona muy bien desde hace más de 50 años. Ahora, que no nos vengan agitadores para perturbar este ejemplo de sincretismo religioso que ha permitido a miles de jóvenes senegaleses recibir una enseñanza de calidad. No es un problema religioso. No es un problema político. Es una cuestión de buen sentido. Basta de provocaciones inútiles. Los aprendices de brujo manipulan a menudo cerillas para encender un fuego de propaganda cuyo alcance se desconoce a menudo o se ignora su manera de apagar. Y cuando el fuego se propaga, todo el mundo está en peligro”, concluye.