Faith Lawson, a bordo de una pickup gris, da marcha atrás, entre los conos, en el parking de un campamento militar de Accra. Ella es una de las 15 mujeres seleccionadas para un programa de capacitación para aprender a conducir, puesto en marcha por una ONG de Ghana. La joven de 24 años mira los espejos, antes de aparcar, mientras que sus colegas observan cuidadosamente su maniobra.
Hace dos meses, nunca había tocado un volante y estaba asustada. Pero hoy en día, con la ayuda de la Network of Women in Growth (NEWIG), todas las participantes sueñan con hacer de esto su profesión.
Durante ocho semanas, las 15 candidatas aprenderán a leer mapas y también mecánica para poder, por ejemplo, cambiar una rueda.
Landzo-Wene Fiawomorm es oriunda de una pequeña localidad a orillas del rio Volta, donde las mujeres, por lo general, se dedican a amasar el pan o a atender su puesto en el mercado. A los 21 años, sin embargo, ella tenía otras ambiciones.
«Siempre quise conducir, pero conducir era un trabajo de hombres. Ahora me ha llegado la oportunidad de aprender”. Una de mis amigas, Regina Amoako, trabaja en NEWIG como agente de campo y pensé ¿por qué no intentarlo?».
Más allá de los cursos de conducción, la formación también incluye sesiones de prevención contra la violencia doméstica, planificación familiar o talleres para mejorar la confianza en sí mismas.
Mawusi Awity, de 54 años, fundó NEWIG en 2002 para dar una oportunidad de acceder al trabajo a las mujeres marginadas. La directora explica que al comienzo de la iniciativa, se centró en cursos tradicionalmente femeninos: costura, artesanía o restauración. Pero este año, decidió concentrarse en las profesiones mejor pagadas: las que generalmente están reservadas a los hombres.
Un informe de las Naciones Unidas de 2015 sobre las desigualdades de género en el mundo del trabajo indica que las mujeres en Ghana trabajan más que los hombres, pero ganan menos que ellos. Al igual que en muchos países en desarrollo, los trabajos son a menudo informales y por lo tanto más vulnerables y peor pagados. El informe, citando estadísticas de 2009, afirma que el ingreso nacional bruto per cápita en Ghana ascendió a 4.515 dólares por año para un hombre, contra los 3.200 dólares para una mujer.
Para la Sra. Awity alentar a las mujeres a aprender a conducir es un servicio a la sociedad: «estadísticamente, las mujeres cometen menos accidentes. Los hombres son más agresivos y las mujeres más atentas», sostiene la directora de la ONG.
Pronto, algunas de ellas se unirán a Esenam Nyador, una de las pocas taxistas femeninas de Accra. Aparcada a la entrada de un centro comercial, prefiere como clientes a los expatriados y ha bautizado su taxi como «el taxi de las Naciones Unidas.»
africain.info
Fundación Sur