Liberia se enfrentará hoy a una jornada electoral que determinará el rumbo del país africano durante los próximos cinco años. 2,4 millones de liberianos tienen una cita con las urnas para elegir a su presidente, a 15 senadores y a 73 miembros de la Cámara de Representantes.
Atendiendo a los reportes de la junta electoral más de veinte candidatos se presentan como alternativa al vigente presidente y ex balón de oro, George Weah, quien lleva en el cargo desde enero de 2018 y quien acude a los comicios con la intención de revalidar un segundo mandato de seis años. Weah, líder de la Coalición de Cambio Democrático (CDC), ha prometido reducir los gastos médicos “de bolsillo” a través de un plan de seguro social obligatorio de salud. Se ha comprometido también con la creación de empleos sostenibles, y con la capacitación de los fiscales en relación a la violencia sexual y de género.
A pesar de la amplia variedad de candidatos que concurren en estas elecciones presidenciales, lo cierto es que, el modelo electoral liberiano y las grandes cuotas de popularidad con las que cuenta Weah provocan que, en caso de celebrarse una segunda vuelta, el número de aspirantes que cuentan con alguna opción de alzarse con la victoria se vea notablemente reducido.
Las tres figuras políticas que se yerguen como alternativas factibles para la presidencia de Liberia, que sigue sufriendo las consecuencias de la cruenta guerra civil que asoló el país desde 1989 hasta 2003, son las siguientes:
Joseph Boakai: Perfil con una dilatada carrera en la política liberiana, llegó a ocupar el cargo de vicepresidente del país durante el mandato de Ellen Sirleaf desde 2006 a 2018 y lidera el Partido de la Unidad; principal grupo de oposición al gobierno del Congreso Democrático para el Cambio. A sus 78 años ya sabe lo que es postular para presidente, sufriendo una abrumadora derrota en las elecciones presidenciales de 2017 que alzaron al poder a Weah.
Boakai se presenta como un candidato íntegro, honesto y humilde; en la campaña electoral ha hecho hincapié en sus orígenes indígenas y en su compromiso contra la corrupción con el fin de recabar votos en las regiones menos favorecidas por el país, abandonadas por las élites estadounidenses que iniciaron el proyecto de construcción estatal una vez Liberia accedió a la independencia en 1847.
Como principales bazas electorales cabe señalar un ambicioso programa para la mejora de las infraestructuras, dinamizar la agricultura y atraer inversión. De la misma forma ha establecido una alianza electoral con el exseñor de la guerra y actual senador Prince Johnson, quien fuera uno de los principales apoyos de Weah los pasados comicios.
Alexander Crummings: Figura sensiblemente distinta a Boakai, Crummings, quien ya postuló para la presidencia en 2017 obteniendo un quinto lugar, no cuenta con experiencia en cargos públicos. Su carrera profesional ha sido desarrollada en el sector privado, contando en su haber con altos cargos en la dirección de importantes empresas multinacionales como Coca Cola, realidad que le ha permitido forjar una gran fortuna con la que ha financiado diversos proyectos de desarrollo en Liberia.
No obstante, a pesar de contar con una buena imagen como gestor financiero internacional, su gran fortuna personal y el hecho de que haya realizado su carrera en el extranjero puede jugar en su contra, en tanto que las clases populares, mayoritariamente indígenas, le pueden llegar a percibir como alguien extraño que representa los intereses de una élites opuestos a los de la comunidad.
Tiawan Gongloe: Jurista de 67 años y ministro de Trabajo con Sirleaf desde 2006 a 2010 se presenta como alternativa para erradicar la corrupción de Liberia y mejorar las condiciones socioeconómicas de los ciudadanos. Su programa presenta una especial preocupación por suministrar y garantizar una educación de calidad a las comunidades rurales. Gongloe, quien fue además fiscal general antes de desempeñarse como ministro y ha desempeñado una cruzada contra los criminales de guerra que tanto daño infligieron a los liberianos durante la Guerra Civil, se ha comprometido, una vez acceda a la presidencia, a castigar todos los crímenes que hoy en día permanecen impunes y a resarcir a las víctimas.
El contexto en el que se producen estas elecciones es clave; su panorama político está determinado por el historial de guerras civiles e incertidumbre general de Liberia, y el proceso electoral es necesario para este país que pelea para avanzar y crecer económicamente. Pero estas elecciones, podrían estar marcadas por la violencia, tal y como ha recogido la ONU en su página web en los días previos a la celebración de las votaciones:
“Estamos preocupados por los casos reportados de violencia relacionada con las elecciones, el uso de lenguaje que podría equivaler a un discurso de odio y los ataques contra periodistas en Liberia antes de las elecciones generales del 10 de octubre”.
El portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Seif Magango, ha recalcado que esta sensación generalizada es la consecuencia de los violentos enfrentamientos entre los partidarios del opositor Partido de la Unidad, y la gobernante Coalición para el Cambio Democrático que han tenido lugar a lo largo del mes de septiembre. En el curso de estos enfrentamientos, al menos 2 personas han fallecido y 20 han resultado heridas en Foya, al norte de Liberia.
Fuentes: Liberian Observer – NEC Liberia – Voice of Nigeria – Al Jazeera – TRT Afrika
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]