El vicepresidente de Sudán ha recibido con cauto agrado las propuestas del panel de líderes africanos para terminar con el conflicto de Darfur, pero afirmó que la cuestión de un tribunal específico para los acusados de atrocidades necesita ser discutido con mayor detenimiento.
Los 15 miembros del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana se reunieron en Nigeria para considerar el informe emitido por un equipo de “sabios africanos”, liderados por el ex presidente de Suráfrica, Thabo Mbeki.
El informe recomienda el establecimiento de un tribunal especial, que incluya jueces extranjeros, para juzgar a los acusados de atrocidades en Darfur, donde las Naciones Unidas afirman que han muerto cientos de miles de personas por el conflicto.
“Estamos de acuerdo con la profunda visión contenida en el informe sobre las elecciones que se van a celebrar en Sudán, especialmente en Darfur”, declaró el vicepresidente sudanés, Ali Osman Mohamed Taha.
“Las recomendaciones que necesitan más diálogos son las del establecimiento de un nuevo mecanismo de justicia. Que necesita un escrutinio más profundo si es que está de acuerdo con la constitución”, añadió.
El vicepresidente declaró que los tribunales híbridos podrían “sentar un precedente” para otros problemas en África y dijo que había que seguir discutiendo si existen alternativas mejores para Darfur.
Mbeki dijo que todas las propuestas de su informe han sido adoptadas por la Unión Africana, pero que dependía de Sudán el cómo implementarlas.
El jefe de la misión de paz de las Naciones Unidas, Alain Le Roy dijo que algunas de las recomendaciones del informe deberían ser implementadas inmediatamente, mientras que otras llevarían tiempo. Él espera que las medidas complementarán los esfuerzos realizados por el mediador de la ONU / UA, Djibril Bassole.
“Confiamos en que una serie de propuestas del informe darán un impulso a los esfuerzos del jefe de mediación y su equipo”, dijo Le Roy en una reunión a la que asistió el presidente de Nigeria, Umaru Yar’Adua y su homólogo keniata, Mwai Kibaki.
La guerra civil entre el norte y el sur de Sudán se cobró dos millones de vidas y ha ocasionado el doble de desplazados, desestabilizando la mayor parte del este de África. Las relaciones siguen siendo tensas, particularmente con las elecciones nacionales del próximo año, y con el referéndum sobre la independencia del sur, previstas para 2011.
Los rebeldes, principalmente no árabes, organizaron una revuelta en 2003, acusando a Jartum de tener abandonado a Darfur. Una campaña de contra insurgencia causó más de dos millones de desplazados. Las Naciones Unidas calculan que han muerto 300.000 personas, pero Jartum niega esa cifra.
Los intensos combates de los primeros días del conflicto han remitido, siendo reemplazados en muchas zonas por una batalla de todos contra todos entre bandidos, grupos rebeldes escindidos de otros y tribus rivales.
El líder rebelde de Darfur, Abdel Wahed Mohamed Ahmed al Nur pidió a la Unión Africana que abandonase su propuesta de un tribunal especial, alegando que este tipo de tribunales minarán el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
“No hay estado de derecho en Sudán. La Unión Africana no podrá traer tribunales libres a Darfur”, añadió.
El movimiento de Justicia e Igualdad, el grupo rebelde más poderoso en Darfur, también ha rechazado el informe del panel.
El TPI, en marzo, emitió una orden de arresto para Al Bashir, acusado de crímenes de guerra en Darfur. El Consejo de la Unión Africana pidió a las Naciones Unidas que aplazase el proceso iniciado contra Bashir “en interés de la paz, la justicia y la reconciliación”.
(IOL, 30-10-09)