Un año después del accidente de un avión ruso en el Sinaí, la industria turística egipcia se encuentra todavía en punto muerto, privando al país de una de sus principales fuentes de ingresos.
En una tienda del bazar de Khan el-Khalili en El Cairo, Amgad el-Qasabgi navegar por internet a la espera de los clientes que no llegan. «No tengo nada más que hacer», declara el vendedor, sentado frente a su puesto en una de las pequeñas callejuelas del bazar, antes lleno de turistas.
«No hay turistas extranjeros. Y el gasto de los turistas egipcios no es suficiente», se lamenta un padre de cinco hijos. Sólo familias egipcias y estudiantes se pasean por las estrechas calles.
El 31 de octubre de 2015, toda esperanza de recuperar el turismo se extinguió por el accidente del avión de la compañía rusa Metrojet en el Sinaí, que causó 224 muertes.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI), reivindicó este atentado perpetrado por la explosión de una bomba, a bordo, unos minutos después de haber despegado de la localidad de Charm el-Cheikh (noroeste).
Este drama dio el golpe definitivo al turismo, ya moribundo después de los años de agitación política que siguieron a la destitución del presidente Hosni Mubarak en 2011.
En junio de 2015, la policía había frustrado un ataque suicida cerca del templo de Karnak en Luxor, uno de los principales puntos turísticos, mientras que 600 turistas se encontraban en el interior. Tres meses más tarde, ocho mexicanos fueron asesinados por error por el ejército egipcio en el desierto.
Vuelos cancelados
Después del atentado de octubre de 2015, Rusia canceló sus vuelos a Egipto y Gran Bretaña sus conexiones con Charm el-Cheikh. Los rusos, junto con los británicos representaban el 40% de los turistas extranjeros en Egipto, según cifras oficiales.
Entre los raros extranjeros con los que uno se puede cruzar en El Cairo, se encuentra Jason Shi que llegó de China en viaje de negocios. Delante del museo Egipcio, asegura que no quiere perderse la oportunidad de visitar los lugares famosos, como las pirámides o el Viejo Cairo. «Nuestra embajada nos ha advertido que no visitemos el Sinaí o no que no salgamos por las noches», explica.
Abdel Rahman, vendedor de lámparas y objetos de plata afirma que «incluso los turistas que todavía vienen no compran nada».
El turismo ha sido durante mucho tiempo una de las principales fuentes de ingresos del país, que proporcionaba alrededor del 20% de las necesidades de moneda extranjera.
Sobre la disminución del turismo, el gobierno contempla diversas causas, entre ellas una «conspiración internacional» contra Egipto, como declaró el primer ministro, Sherif Ismail, la semana pasada la prensa.
El número de turistas ha caído a más de la mitad de los 6,3 millones en 2015, frente a los 15 millones en 2010. Los ingresos por turismo bajaron un 15%, según las cifras oficiales.
Pero el gobierno cuenta con atraer a unos 20 millones de turistas en 2020 y para ello anunció, en el año 2015, una campaña publicitaria comunicando el retorno del país a la estabilidad y la mejora de los lugares turísticos.
Desde que el presidente Abdel-Fattah al-Sisi, derrocó a su predecesor islamista, Mohamed Morsi, en 2013, las autoridades han estado utilizando el slogan «Egipto lucha contra el terrorismo» en varios canales de televisión nacionales.
Pero esto es una mala idea para atraer a los turistas, de acuerdo con Sherif Ibrahim, propietario de un famoso restaurante en el bazar. Para él, «ningún turista en su sano juicio vendrá a Egipto si se le dice que se está luchando contra el terrorismo». «No soy optimista para la nueva temporada si seguimos hablando de terrorismo”, se lamenta este hombre de 59 años.
voaafrique.com
Fundación Sur
Artículo relacionado:
– El accidente de Egypt Air nuevo golpe para la economía egipcia