El Fiscal general de la Corte Penal Internacional, ICC, el argentino Luis Moreno Ocampo, ha anunciado que ha solicitado en La Haya la acusación del Presidente de Sudán, Omar El Bashir, y su procesamiento por parte del Tribunal Internacional, por crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio, en la región de Darfur.
Según el ICC, el Presidente Bashir “ha movilizado toda la maquinaria del Gobierno, incluyendo las fuerzas armadas, la inteligencia, los diplomáticos, los servicios de información pública y el poder judicial para someter intencionadamente a los casi dos millones y medio de personas que viven en los campos de desplazados internos, a condiciones de vida que solo pueden tener como resultado su destrucción física. Por lo tanto, el acusado deberá responder por 10 cargos diferentes de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra”, sentenció Ocampo.
Los expertos llevaban tiempo esperando que se produjese este nuevo giro judicial en la tragedia humanitaria de la región de Darfur, de Sudán. La semana pasada, muchos medios de comunicación norteamericanos ya anunciaban la inminente acusación del líder sudanés.
El fiscal del ICC hizo este anuncio ante los jueces del Tribunal, ante quienes presentaba las nuevas pruebas de genocidio y crímenes contra la humanidad, cometidos a lo largo de los últimos cinco años, por toda la región de Darfur.
Fuentes cercanas a los círculos humanitarios aseguran que la acusación del líder sudanés ha sido preparada por los propios jueces del ICC. En realidad, el antiguo fiscal del ICC, Fatou Bensouda, se reunió el pasado 11 de julio con el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, para hablar sobre conflictos en África, y particularmente sobre Darfur.
La misma semana, Bensouda se reunió con el Presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, en Etiopía. Además, el gambiano Bensouda participó en la cumbre de la Unión Africana que tuvo lugar del 30 de junio al 1 de julio, en Egipto.
El Consejo de Seguridad de la Unión Africana emitió una declaración el pasado día 11 de julio, en la que afirmaba que “la búsqueda de la justicia no debería poner en peligro las posibilidades de implantar una paz duradera en Sudán”.
Otros analistas independientes como el antiguo director de USAID, Andrew Natsios, denuncian la iniciativa del ICC sobre Sudán, “esta acusación podría hacer añicos las últimas esperanzas en una paz sostenible en Sudán”.
En enero, el ICC ha emitido la orden de arresto internacional contra dos sudaneses: Ali Muhammad Ali Abd Al Rahman, alias Ali Kushayb, y Ahmad Muhammad Harum, conocido como Ahmad Harun, acusados de estar detrás de las milicias janjaweed, sospechosas de ser las responsables de las masacres contra la población negra, pero el Gobierno de Jartum se niega a extraditarlos.
La semana pasada, las autoridades sudanesas criticaron severamente la actitud del ICC, sobre la posible acusación a altos cargos sudaneses. El domingo, día 13 de julio, miles de sudaneses se manifestaron por las calles de Jartum, para expresar su apoyo al Presidente Omar El Bashir.
El ICC es permanente e independiente y se ocupa de investigaciones y juzga a gente acusada de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra.
La región de Darfur se enfrenta a una crisis humanitaria desde 2003 y por ahora se han registrado alrededor de 200.000 muertes y miles de refugiados, asentados en el este del Chad, además de miles de otros desplazados internos.
(African Press Agency, 14-07-08)
