El trabajo de los niños es un freno al desarrollo de Madagascar

14/12/2012 | Crónicas y reportajes

Por ASSANATOU BALDÉ para Afrik.com

11 de diciembre de 2012

El trabajo de los niños perdura en Madagascar. Cerca de 20.000 de ellos, de edades entre 12 y 17 años, están empleados en los campos de vainilla, según la Oficina Internacional del Trabajo (Secretaria de la OIT). Trabajan en condiciones penosas. Su mano de obra barata es muy apreciada por sus empleadores. Lo peor, gran número de ellos no han puesto nunca los pies en la escuela.

Aunque a su edad se supone que deben verlo todo de color de rosa, ellos, están se enfrentan a una dura cotidianidad. Un calvario. Esto es lo que viven cerca de 20.000 niños en Madagascar, de edades entre 12 y 17 años, obligados a recoger vainilla en los campos para prestar ayuda a sus familias necesitadas. La región de Sava, en el nordeste del país, que produce el 60% de la vainilla mundial, está particularmente afectada por esta tragedia. Según la Oficina Internacional del Trabajo que dirige una encuesta desde 2009, cerca del 31 al 33% de los empleados en los campos de vainilla son niños.

Estos últimos trabajan en condiciones penosas. De 5 a 6 días sobre 7 y una media de 7 a 8 horas por día, bajo una temperatura a veces muy elevada de 30ºC. Una situación que subleva a Esther Vololona Razazarivola, presidenta de la asociación “Avenir” que lucha contra toda forma de injusticia en Madagascar. Dice sulfurada que “sin embargo, ¡hay leyes en Madagascar que prohíben el trabajo de los niños menores de 15 años!”. Son niños provenientes del mundo rural que son los más perjudicados aunque los de las grandes ciudades tampoco estén respetados.

Una infancia robada

No es solo la red de la vainilla la que emplea niños. Muchos de ellos trabajan también como criados. Otros labran la tierra en los campos, machacan el arroz, o aún más son enviados a buscar agua. “Están empleados por familias ricas que no tienen ningún escrúpulo en burlarse de sus derechos. Están obligados a trabajar para ayudar a sus familias”, explica Esther Vololona Razazarivola. Según ella, es todavía peor, “subsisten todas las formas de violencia: física, moral, sexual, e incluso económica porque puede suceder que las familias que les emplean no les paguen”.

Subraya que los padres saben perfectamente, sin embargo, que el trabajo de los niños es ilegal en la Gran Isla. Pero “al enviarles sus progenitores a efectuar esta dura labor, tienen menos bocas que alimentar”. Ahora mismo, “el trabajo de los niños es un freno al desarrollo de Madagascar”, pues no están escolarizados. “Si esto continua, acabarán por llegar a ser ladrones y no podrán realizarse” se lamenta asimismo. Los niños deben tener distracciones, encarece la presidenta de la asociación “Avenir”. Ella misma, de 50 años de edad actualmente, tuvo que trabajar con 8 años para sostener a sus padres. “Yo labraba la tierra en los campos. Por tanto no tenía tiempo para aprender mis lecciones. Yo no he tenido infancia. Me ha sido robada”.

En relación con el problema planteado en el artículo anterior, ha sido publicada esta noticia en la revista Afrik.com, el mismo día martes 11 de diciembre de 2012:

MADAGASCAR. La ONU dirige una encuesta sobre la esclavitud moderna

En Madagascar la ONU quiere luchar contra la esclavitud moderna. Para hacerlo, las Naciones Unidas han enviado a la Gran Isla un enviado especial, en este caso Goulnoura Chai. Este último ha llegado el 10 de diciembre a Antananarivo, la capital malgache, para una misión de 10 días. Y no va a descansar. Como hace saber RFI, “apreciados por su pequeña talla y sus finos dedos, son numerosos aquí los niños que trabajan en las minas de piedras preciosas. Son 20.000 los que recogen vainilla cada año, otros trabajan de criados”. Tiene con qué enriquecer su informe que deberá ser provisto de recomendaciones para frenar esta plaga.

Artículo enviado y traducido por Asunción Orench, para Fundación Sur.

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