Desde la Convención de Seneca Falls hasta la Guerra Civil y la Reconstrucción, la lucha por la liberación nacional y la igualdad de género ha ocupado un lugar central.
Desde mediados del siglo XIX, los movimientos para la emancipación africana y la liberación de las mujeres han experimentado periodos de convergencia. Claro que estas coincidencias se han visto acompañadas de serias contradicciones, en particular, a la luz de las distinciones históricas raciales y clasistas, que fueron características en los Estados Unidos.
Como ocurrió con el movimiento obrero que trató de excluir a los africanos de cualquier avance relativo a una mejora salarial o condiciones laborales, algunas de las secciones del movimiento sufragista de mujeres dominadas blancas trataron de alinearse entre ellas, relegando a las mujeres y los hombres afroamericanos a una clase más baja asignándoles el estatus permanente de ciudadano de segunda clase.
La declaración de independencia de 1776 proclamaba que “todos los hombres fueron creados iguales”, excluyendo así a las mujeres. Los africanos no se consideraban seres humanos íntegros y, por consiguiente, se consideraban indignos de un trato equitativo ante la ley y, por supuesto, no se contemplaba el derecho a la autodeterminación y a la independencia de la opresión nacional.
Irónicamente el abolicionismo, es decir, la lucha para eliminar los fundamentos legales de la esclavitud de los africanos, se encuentra en cierto modo en el origen del movimiento sufragista femenino. Sin embargo, la cuestión de si las mujeres euroamericanas estaban dispuestas a posicionarse en contra del racismo y a favor de la liberación del pueblo africano seguía sin resolverse.
Durante la década de 1830, el movimiento abolicionista en los Estados Unidos incluía la participación esencial de mujeres que militaban contra el racismo. En esta época se consideraba incluso a las mujeres blancas subordinadas a sus maridos y hasta se les prohibía hablar en público.
En 1833 se formó la Sociedad Femenina Anti-Esclavitud de Filadelfia (PF ASS, por sus siglas en inglés), con la participación de mujeres tanto africanas como euro-americanas. La creación de esta organización se debió a que la Sociedad Americana Anti-Esclavitud, liderada por William Lloyd Garrison no permitía a las mujeres ser miembros de pleno derecho. [i]
Aunque parecía que la PF ASS estaba formad mayormente por mujeres blancas, las mujeres negras jugaron un rol principal en cuanto a la formación de la organización y la delineación del carácter político, en ocasiones mucho más comprometido que otros esfuerzos anti-esclavitud. Otras mujeres libres de África como Margaretta Forten, Grace Bustill Douglas y Amy Hester Reckless participaron no solo como activistas y reaccionarias contra los horrores de la esclavitud africana. También colaboraron en la fundación de la Sociedad Literaria Femenina, dedicada a la educación, el almacenamiento de literatura y la ayuda a los esclavos que habían escapado. [ii]
Este tipo de eventos entre las mujeres de varios estados de las regiones del noreste, el sur y el medio oeste propiciaron las condiciones para acordar la primera Convención Anti-Esclavismo de las Mujeres Americanas en mayo de 1837. A la reunión asistieron 175 delegadas representando a 20 grupos de mujeres anti-esclavistas provenientes de diez estados. Muchas de estas mujeres tenía orígenes en la fe cuáquera cuyos elementos religiosos se habían opuesto al esclavismo. [iii]
Una mujer euro-americana, Mary S. Parker fue la presidenta de la reunión. Otras lideresas que asistieron a la Convención continuaron siendo miembros destacados del movimiento femenino sufragista. Entre ellas, se incluían Lucretia Mott, Angelina Emily Grimle, Sarah Moore Grimke y Lydia Maria Child. Las delegadas eran tanto mujeres africanas como las mujeres e hijas de esclavistas, así como participantes de clase obrera y familias pobres. Este encuentro supuso el primer debate en el que se tuvieron en cuenta tanto la abolición de la esclavitud africana como los derechos de las mujeres.
Tras varias reuniones de la Convención Anti-Esclavitud de Mujeres Americanas y su equivalente masculino, el movimiento abolicionista británico hizo un llamamiento para la Convención Mundial Anti-Esclavitud en junio de 1840 en Londres. Surgieron diferencias sobre la posibilidad de partición íntegra de las mujeres en la reunión. Estas discrepancias se dieron incluso en los movimientos abolicionistas de los Estados Unidos entre Garrison, que apoyaba la participación femenina, y la división más conservadora de Arthur Tappan, que se oponía. [iv]
Otras mujeres importantes del movimiento abolicionista en los EEUU estuvieron presentes. El primer día de la Convención se dedicó a resolver la cuestión sobre si se les permitiría a las mujeres hablar en la reunión.
Finalmente, se decidió que no tenían permiso ni para hablar ni para votar y fueron relegadas a otra sección de la sala. Los resultados de la Convención de Londres llevarían a mujeres como Lucretia Mott y Elizabeth Cady Stanton a trabajar en la organización de las conferencias sobre derechos de las mujeres.
Abayomi Azikiwe
@panafnewswire
* Abayomi Azikiwe es editor para Pan-African News Wire.
Notas:
[i] http://explorepahistory.com/hmarker.php?markerId=1-A-105 acceso el 1 de marzo 2019
[ii] https://www.blackpast.org/african-american-history/douglass-grace-bustill-1782-1842/ acceso el 1 de marzo 2019
[iii]https://librivox.org/author/3439?primary_key=3439&search_category=author&search_page=1&search_form=get_results acceso el 1 de marzo 2019
[iv] http://www.historiansagainstslavery.org/main/the-world-antislavery-convention-of-1840 acceso el 1 de marzo 2019
Fuente: Pambazuka News
[Traducción, Marta Sánchez Capel]
[Fundación Sur]
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