La escasa financiación y la falta de voluntad política ha dejado el sistema sanitario del Congo en un estado desastroso, según un grupo de Derechos Humanos, que ha pedido al Gobierno que actúe para remediar esta situación de desastre.
Según Cephas Germain Ewangui, director de la Asociación Panafricana Thomas Sankara, que presentó los resultados de su estudio sobre las instalaciones de salud en el país, hay un enorme vacío entre los discursos de las autoridades y la realidad. Según el informe, muchas instalaciones médicas carecen de medios para atender las necesidades básicas de los pacientes. Por ejemplo, la maternidad Blanche Gomes de la capital, Brazzaville, a mediados de diciembre todavía no había recibido 300 millones de francos CFA (460.000 euros) de su presupuesto de 2007 y el edificio está en unas condiciones penosas, los ascensores no funcionan, las ventanas están rotas, no hay agua potable, no hay váteres y mucho menos duchas, y la situación es parecida en muchos otros hospitales. Además la mayoría de los hospitales carecen de los equipos médicos básicos. Hubo un tiempo en el que los enfermos de cáncer de la región central de África acudían a Brazzaville para someterse a tratamiento, ahora los equipos de radioterapia no funcionan y los pacientes tienen que desplazarse a Camerún o la República Democrática del Congo. El Hospital Universitario de la capital no tiene ni siquiera un generador para poder continuar con las operaciones durante los múltiples cortes de electricidad.
En junio de 2007 se adoptó un plan nacional para el desarrollo de la sanidad, cuyo valor es de 260.000 millones de francos CFA, (casi 400 millones de euros) para mejorar la gestión y calidad del sistema de salud, y ampliar la asistencia primaria a las áreas rurales. El plan también estaba diseñado para reducir la mortandad infantil y maternal, así como para avanzar en la lucha contra la tuberculosis, la malaria, el SIDA y otras enfermedades. Según la Ministra de Sanidad, de cada 100.000 partos, mueren 781 mujeres. La mortandad infantil es del 75 por 1.000 y 117 de cada 1.000 niños mueren antes de cumplir los 5 años.
Aunque este es uno de los mayores productores de petróleo de África, los efectos de una serie de golpes de estado y guerras civiles que se han sucedido en el país en los años 90, se notan aún hoy, y la mayoría de su población vive en condiciones de extrema pobreza.
(IRIN, 12-12-07)

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