El sentido de un viaje y el sentido de la vida, por Leo Ramos

6/02/2017 | Bitácora africana

Hace poco fui por primera vez con mi compañero Kolwani a Chuunga, uno de los centros más alejados de la misión. Se tardan, en condiciones normales, unas cuatro horas en coche, no por porque haya muchos kilómetros -¿qué pueden ser, unos 150 como mucho?-, sino por el estado de la “carretera”.

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Ciertamente es un viaje agotador, lleno de baches, unas veces aparecen casi fallas tectónicas en medio del camino, otras parece que vas remontando el cauce del río Batuecas… Por supuesto, cuando llueve mucho es imposible ir hasta Chuunga. El hecho es que llega uno reventado al sitio, con la espalda hecha polvo, y la vida de los amortiguadores y del 4×4 en sí reducida como quien no quiere la cosa. Total, que la carretera hasta Chuunga es bien chunga (permitidme este juego de palabras que tan en bandeja me he puesto yo a mí mismo).

En este viaje, Kolwani me contaba que en una ocasión fue con él a Chuunga un seminarista norteamericano que había venido unos días a Binga (esta misión estuvo llevada tiempo atrás por norteamericanos de la diócesis de Toledo, Ohio). Y en el camino le comentaba a mi compañero la aventura que suponía ese viaje, a lo cual Kolwani le respondió que para él no era ninguna aventura, que no iba por placer a Chuunga sino a llevar la eucaristía a esa comunidad.

Creo que éste es el punto que diferencia los distintos tipos de viajes, es decir, la intención con que se hacen. Según la el diccionario de la RAE el término “aventura” en su tercera acepción reza así: “Femenino. Empresa de resultado incierto o que presenta riesgos”. Y pone como ejemplo “Embarcarse en aventuras”.

Ciertamente el viaje a Chuunga es un viaje en el que puede que a lo mejor no llegues Chuunga si tienes un pinchazo y no has llevado rueda de repuesto, o si tienes una avería en el coche. Y es verdad que es un viaje, por esa carretera, que entraña ciertos riesgos. Pero el misionero no es como el difunto Miguel de la Quadra-Salcedo, a quien tanto admiraba yo de pequeño en sus viajes de aventuras por el Amazonas o por donde fuera. Yo como misionero, como cura, voy porque tengo un envío, una tarea que hacer allí. Si no, os puedo asegurar que ni a mí, ni a Kolwani, se nos ha perdido nada en Chuunga, bueno, a excepción de la gente, claro está, ya que no es una población grande ni bonita, ni hay casco histórico como en muchas poblaciones europeas, ni hay ruinas que visitar ni reservas para animales ni ningún elemento natural sobresaliente para admirar.

Y siguiendo en la misma línea de dar sentido a los viajes… Es como la diferencia, por ejemplo, entre vagabundear, hacer senderismo, hacer turismo y peregrinar. Vagabundear es andar errante, sin rumbo fijo, sin dirección, de allá para acá, casi para llenar el tiempo. Hacer senderismo supone caminar siguiendo un itinerario concreto, no siempre pero a menudo en un marco natural. Se hace turismo cuando viajas por placer, visitando lugares para conocer sus opciones de ocio, su patrimonio cultural, histórico… Uno se convierte en peregrino (y deja de ser por tanto senderista o turista) cuando va a un lugar con una intención espiritual o religiosa. Y así podríamos seguir con diferentes modos de viajar que tenemos la personas.
Y esta pequeña anécdota del seminarista norteamericano del viaje a Chuunga me hizo reflexionar sobre cómo me muevo yo en la vida, si doy sentido al camino que recorro y por tanto a mi vida, o si, por el contrario, me muevo como un vagabundo, o como un turista, o como… lo que sea. Son actitudes vitales diferentes que dan sentido no sólo a nuestros viajes sino a lo que experimentamos, y que hacen que nuestras existencias tengan unas opciones u otras. Cada cual, que elija.

Original en : Testigo en Zimbabue

Autor

  • Ramos Sierra, Leo

    Leonildo (Leo) Ramos Sierra nación en la ciudad suiza de Lucerna en 1.972 .

    Sacerdote diocesano de Salamanca destinado en Zimbabue como asociado del IEME, el Instituto Español de Misiones Extranjeras. Llegó a Zimbabue el 26 de julio de 2016 trabaja en la diócesis de Hwange. Vive en una población de unos 3.000-4.000 habitantes llamada Binga, junto al lago Kariba, a lo largo del cual se encuentran los tongas, pueblo bantú que también vive en el fue de Zambia y, en menor medida, en Mozambique

    Se define como Buscador de preguntas y de respuestas. De vida y de plenitud. Buscador del hombre. Buscador de Dios. y tabién en su blog Mwapona.com

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