El Presidente Muhammadu Buhari ha lanzado un llamamiento a la unidad nacional y a la armonía, recordando la sangrienta guerra por la secesión de la región meridional de Biafra, que estalló hace 50 años, provocando dos millones de víctimas.
Frente a las nuevas tensiones en el sur del país, con asaltos a diversas empresas petroleras, el presidente, un ex soldado que luchó en esa guerra, ha dicho que ahora la mayoría de los nigerianos han nacido después del conflicto y no tienen memoria de los horrores de la guerra. Los problemas a los que debe enfrentarse Nigeria, como la desertificación que causa el desplazamiento de los pastores hacia el sur, la presencia de Boko Haram, el colapso de los ingresos del gobierno debido a la reducción en los precios del petróleo y la fuerte corrupción de la vida política, no pueden ser manipulados para incitar a algunas partes del país a la secesión, ha subrayado el presidente durante su visita a su estado natal, Katsina.
Esta misma semana el cardenal John Onaiyekan, Arzobispo de Abuja, denunció el “terrible viento que sopla en nuestro país” y “las llamas de discordia y odio” al punto “que se está volviendo muy difícil predicar la unidad y el amor recíproco natural, mientras que algunos prevén ya un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes.
Agencia Fides
(Fundación Sur)
