El presidente de Chad, Idriss Deby, afirmó hoy que la mano invisible del terrorismo y sus patrocinadores acaba de golpear duro al país, al referirse a dos atentados que el pasado lunes ocasionaron 33 muertes. A su regreso de la XXV cumbre de la Unión Africana, que se celebró recientemente en la ciudad sudafricana de Johannesburgo, el gobernante subrayó que los responsables de esas embestidas rendirán cuentas.
El primer ataque ocurrió en la capitalina Escuela de Policía, donde tres terroristas hicieron explotar sus chalecos bombas camuflados bajo su ropa. Por la detonación se registraron daños en el interior y exterior del recinto. Un segundo artefacto estalló en las afueras de la Comisaría Central, cuando un joven operó el mecanismo de su chaleco bomba sentado junto a varios agentes del orden. Cuatro terroristas murieron en las descargas explosivas.
Aunque la secta islámica nigeriana Boko Haram no ha reivindicado la autoría de los atentados, Chad y Francia acusan a los miembros de esa hermandad de los actos criminales que también causaron más de 100 heridos.
Para Deby, este tipo de ataque era previsible por el compromiso del ejército nacional, en una operación militar contra la cofradía. Chad lidera junto a Nigeria la fuerza en la región que lucha contra Boko Haram desde principios de año y que ha logrado desalojar a la organización terrorista en 60 localidades.
Desde el 2009, Boko Haram, que significa en lengua tribal «la educación occidental es pecado», ha causado miles de muertos y obligado a más de dos millones de personas a abandonar sus hogares. Esta organización lucha por establecer su versión de la sharia o ley islámica en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y cristiana en el sur.
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Fuente: Prensa Latina
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