Paul Mackenzie, el predicador keniano líder de una secta que causó más de 400 víctimas, ha sido condenado por un motivo muy distinto al de la aparición de centenares de cadáveres en dominios de su propiedad.
Atendiendo al fallo publicado el pasado jueves 9 de noviembre por la fiscalía keniana, Olga Onalo, magistrada residente superior de la ciudad de Malindi, ha encontrado a Mackenzie culpable del delito de distribución ilegal de películas, ya que estas fueron comercializadas sin el permiso previo de la Junta de Clasificación Cinematográfica de Kenia. El fallo definitivo se publicará el 1 de diciembre y puede ser condenado a un máximo de cinco años de prisión.
El predicador fue detenido en abril de este mismo año debido al hallazgo de numerosos cadáveres en fosas comunes situadas en una parcela de su propiedad, situada en el condado de Kilifi, en las proximidades de Mombasa.
Según la fiscalía, Mackenzie ordenó a sus seguidores que se privaran de alimentos hasta morir para encontrarse con Jesús. A pesar de haber comparecido ante el tribunal en varias ocasiones tras su detención, aún no se le han imputado cargos formales por las muertes. Las autoridades aún no han dado por cerrada la investigación ya que sospechan que podría haber aún más víctimas distribuidas por las posesiones del predicador. El caso ha conmocionado a una sociedad keniata que clama por un mayor control sobre este tipo de iglesias.
Fuente: Voice of Nigeria
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]