El Plan para drenar turberas del Congo en busca de petróleo podría liberar una gran cantidad de carbono.

2/03/2020 | Documentos R+JPIC

Perforar en uno de los mayores sumideros de carbono del planeta podría liberar gases de efecto invernadero equivalentes a las emisiones anuales de Japón, advierten los expertos.

Los científicos dicen que proteger las turberas es esencial para cumplir con los objetivos del acuerdo climático de París. Las turberas son poderosos aliados contra el cambio climático.

Al momento de drenar o quemar humedales para la agricultura, pasan de ser un sumidero de carbono a una fuente que libera en la atmósfera siglos de carbono almacenado. Las emisiones de CO2 provenientes de turberas drenadas y quemadas equivalen a 10 por ciento de todas las emisiones anuales de combustibles fósiles.

La preservación de las turberas “Cuvette Centrale del Congo”, que son del tamaño de Inglaterra y almacenan 30.000 millones de toneladas de carbono, es «absolutamente esencial» si hay alguna esperanza de cumplir los objetivos del acuerdo climático de París, advierten los científicos.

Sin embargo, esta jungla es ahora la última frontera para la exploración de petróleo, según una investigación realizada por “Global Witnes” y la red de Investigación Europea que cuestiona las afirmaciones de los desarrolladores de que el depósito de petróleo podría contener 359 millones de barriles de petróleo.

La “Cuvette Centrale” forma parte de la cuenca del Congo, que es el segundo bosque tropical más grande del mundo y una de las áreas más remotas del mundo.

Esta región virgen está anegada durante la mayor parte del año y es un hábitat importante para los elefantes de los bosques en peligro de extinción y los gorilas de las tierras bajas.

En 2017 llegó a los titulares después de que los científicos anunciaron el descubrimiento de 145,500 kilómetros cuadrados de turberas. Estimaron que almacenaba el equivalente a tres años de emisiones globales de combustibles fósiles, convirtiéndolo en uno de los mayores sumideros de carbono del planeta, según un artículo publicado en la revista “Nature.”

La cuenca del Congo, que es el segundo bosque tropical más grande del mundo, abarca seis países, incluido el Congo-Brazzaville.

Pero en agosto de 2019, una compañía congoleña llamada “Petroleum Exploration and Production Africa” (Pepa) anunció que había cientos de millones de barriles de petróleo bajo la Cuvette Centrale. La explotación de este recurso cuadruplicaría la producción petrolera del país y resolvería sus finanzas endeudadas, afirmó la compañía.

En un discurso televisado unos días después, el presidente de Congo-Brazzaville, Denis Sassou-Nguesso, dijo que los campos petroleros no destruirían las turberas porque estaban en la periferia de los sitios de perforación y agregó que no tenía «intención» de eludir la obligación.

Sin embargo, según la investigación, la evaluación ambiental que analizó el impacto de la perforación en 2013 se escribió un año antes del descubrimiento de las turberas en 2014.

Dos de los cuatro reservorios subterráneos potenciales se encuentran directamente bajo turberas ricas en carbono, según el análisis de los datos disponibles públicamente de investigadores de la Universidad de Leeds.

“Global Witness” dice que cree que el bloque de petróleo propuesto de Ngoki contiene 6,000 kilómetros cuadrados de turberas. Utilizando datos del recurso en línea “CongoPeat” de la Universidad de Leeds, la organización estima que drenar solo esta sección de turberas podría liberar 1.34 gigatoneladas de carbono, lo mismo que las emisiones anuales totales de Japón.

El profesor Simon Lewis, quien dirigió el equipo de investigación del Reino Unido y el Congo que encontró las turberas, dice que preservarlas es «absolutamente esencial en términos de cumplir con los compromisos del acuerdo de París».

La afluencia de personas a la región también aumentaría la caza, la construcción de carreteras y una mayor explotación, dijo. «Hay grandes cantidades de carbono y biodiversidad, y esta debería ser una de las regiones donde tenemos diferentes vías de desarrollo que no conducen a la destrucción del mundo natural. Si no está aquí en el Congo, ¿dónde es posible? Aquí hay una oportunidad real de hacer algo diferente y mucho mejor”.

Por otra parte, el proyecto petrolero Ngoki está encabezado por el barón petrolero congoleño Claude Wilfrid «Willy» Etoka, quien es el décimo hombre más rico en África francófona.

Es presidente de Pepa y el principal accionista de la compañía. Etoka afirma que el esquema no dañará el medio ambiente y le dijo a The Guardian que el proyecto Ngoki está «lejos de las turberas».

¿Prevalecerá la opinión del pueblo y el plan de los científicos, o se implementará el negocio de los empresarios petroleros, con la complicidad de los gobiernos regionales y extranjeros?

Fuente: “The Gardian”. 28.2.2020
Traducido y editado por África Fundación Sur.

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