Desde que se descubrieran a principios de este siglo unas vastas reservas de crudo en el lago Alberto, al oeste de Uganda, a Kampala no le han faltado pretendientes para explotarlas. Numerosas empresas extranjeras se han mostrado notablemente interesadas en formar parte del proyecto prospectivo del gobierno de Uganda, el cual radica en la construcción de un oleoducto que conecte dichas reservas con el puerto de Tanga, en Tanzania, a más de 1500 kilómetros de distancia.
Este ambicioso proyecto ha sido defendido por parte de las autoridades ugandesas como la principal herramienta con la que cuentan para dinamizar la posición económica internacional del país y mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, muchos de los cuales viven hoy en día sumidos en la más absoluta pobreza.
Durante este tiempo los gobiernos ugandeses han ido tejiendo una red de contratos con diversas empresas extranjeras, principalmente europeas, entre las que cabe destacar a la francesa TotalEnergies; la cual cuenta con más de un 60 % de la adjudicación para la construcción del oleoducto. No obstante, diversos sectores de las sociedades civiles de Uganda y Tanzania han denunciado que la materialización de este proyecto acarrearía un grave deterioro medioambiental, incidiendo negativamente en los medios de vida de la población local. A pesar de las declaraciones gubernamentales asegurando que los afectados serán debidamente recompensados, la dimensión de las protestas ha sido tal que algunas empresas europeas se han visto obligadas a retirarse de la financiación del proyecto, poniendo en jaque la materialización del mismo.
Uganda, que ve en la construcción de este oleoducto, conocido como EACOP, el motor de la economía nacional para las próximas décadas ha iniciado conversaciones con dos grandes entidades financieras chinas, Sinosure y el Banco Chino de Exportaciones e Importaciones, con el fin de obtener los recursos necesarios que faciliten la inauguración del mismo en 2025.
Irene Bateebe, secretaria del Ministerio de Energía del gobierno de Museveni, ha asegurado que los acuerdos con las entidades de crédito chinas quedarán cerrados este mismo octubre.
Fuente: New Vision
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]