“Dirijo un pensamiento especial al querido pueblo de Sudán del Sur que tendré que visitar este año”, decía el Papa Francisco ayer en el Ángelus del domingo, refiriéndose a este próximo 2020. “Con el recuerdo aún vivo del retiro espiritual para las autoridades del país, celebrado en el Vaticano el pasado abril, deseo renovar mi invitación a todos los actores del proceso político nacional para buscar lo que une y superar lo que divide, en un espíritu de fraternidad verdadera. El pueblo de Sudán del Sur ha sufrido demasiado en los últimos años y espera con gran confianza un futuro mejor, especialmente el fin definitivo de los conflictos y una paz duradera. Por lo tanto, insto a los responsables a continuar, sin cansarse, su compromiso a favor de un diálogo inclusivo en la búsqueda del consenso para el bien de la nación. También expreso la confianza de que la comunidad internacional no se olvide de acompañar a Sudán del Sur en el camino de la reconciliación nacional. Los invito a todos a rezar juntos por este país, por el cual tengo un cariño especial. Ave María…”.
El compromiso del Papa Francisco con la paz en Sudán del Sur está fuera de toda duda. Fue el 11 de abril cuando, al concluir el retiro espiritual de los líderes políticos de Sudán del Sur en el Vaticano, el Papa Francisco se arrodilló ante ellos y lanzó un llamamiento a favor del futuro gobierno que saldría de las urnas el siguiente del nuevo gobierno que saldría el 12 de mayo siguiente, besando los pies del presidente Salva Kiir Mayardit y los vicepresidentes designados, entre ellos Riek Machar y Rebeca Nyandeng De Mabior. No obstante, la formación del nuevo gobierno de unidad nacional se pospuso varias veces, teniendo como fecha límite este pasado 12 de noviembre. Al final, desgraciadamente se hará gobierno sin la presencia del opositor Riek Machar. A la situación política y de violencia de los últimos años, se suman ahora las inundaciones que han devastado Sudán del Sur, que han provocado 50 muertes y han obligado a miles de personas a huir de sus hogares.
El Papa no ha dejado de hacer llamamientos por la paz en este país, el más joven de la comunidad internacional, sin dejar de comentar las “dolorosas noticias que llegan del martirizado Sudán del Sur”, como decía en 2017. Ojalá que “la abundancia de la gracia y de la bendición de Dios misericordioso alcance el corazón de cada hombre y de cada mujer de Sudán del Sur”, rogaba Papa Francisco en abril, “y lleve frutos de paz duradera y exuberante, de la misma manera en que las aguas del río Nilo, que atraviesa vuestro país, hacen crecer y florecer la vida”.
Fuente: OMPress
[Fundación Sur]
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