El pasado 24 de octubre de 2009, se inauguró en Kari, una aldea en la comunidad rural de Tanghin-Dassouri, Burkina Faso, un depósito de agua de 5.000 litros, equipado con una bomba solar. Realizadas para las mujeres de esa localidad, para la horticultura de mercado, estas instalaciones se han realizado gracias al esfuerzo del padre Saturnino, un misionero de España.
Las mujeres de Kari, en la provincia de Kadiogo, concretamente 76 de ellas, se organizaron en una agrupación llamada Delwendé. Con el apoyo del jefe de su pueblo y gracias al apoyo de la Fundación Nacional para el Desarrollo Solidario (Fonadis), llevan unos años practicando la horticultura (repollo, cebolla, tomate…) en la estación seca.
A pesar de estos esfuerzos combinados para arrancar, el grupo se enfrentaba a ciertas dificultades. Sin contar con las mujeres que llamaron a su puerta, 20 de sus miembros no han conseguido tierras acondicionadas. Contra todo pronóstico, una mañana de 2006 recibieron la visita de Mary Rose Sandwidi, la mensajera del padre Saturnino, un misionero español que pasó dos décadas en Kaya, Tema-Bokin, Tougri y Boulsa.
La oferta de este religioso fue un apoyo a la horticultura en varias aldeas como Boulsin, Konkin, y Pabré Poédogo, pero el primero en cumplir las condiciones ha sido Kari, cuyas mujeres se han distinguido por su arduo trabajo.
El padre Saturnino comenzó la asociación a través de una formación, después del acondicionamiento de un perímetro de 0,25 hectáreas y un pozo para las otras 20 miembros del grupo.
Posteriormente, ante las duras y agotadoras condiciones de trabajo de las mujeres, el misionero, con la ayuda de agrónomos de España, instaló un depósito de agua de 5.000 litros, equipado con una bomba solar amorfa y de tuberías a través de todo el perímetro.
El equipo fue inaugurado el 24 de octubre, en presencia del alcalde de la comunidad rural de Tanghin-Dassouri, Adama Zongo, y la jefa de la zona agrícola de la localidad, Emmanuel Zoungrana, que acudieron para unirse a la población para declarar su gratitud al Padre Saturnino y a sus compatriotas agrónomos que lo apoyaron en este proyecto.
Este gesto, dijo el Jefe de Kari, “no sólo beneficia a las mujeres, ya que con los ingresos por sus actividades, atienden a las necesidades del hogar (alimentos, salud, gastos de escolaridad para los niños…)”. El jefe de Kari expresó su deseo de planificar la producción de arroz en la aldea y el alcalde prometió que el consejo municipal revisaría esta reclamación.
El Padre Saturnino, a pesar de vivir en España, dijo que se sentía comprometido con Burkina. Hay que precisar, que él es quien puso en marcha la producción de semillas de la cebolla violeta de Galmi, en Tougri. Se ha comprometido en su país a trabajar por Burkina, a través de diversas actividades de apoyo a las mujeres que cultivan hortalizas, para que les permita tener un trabajo en la estación seca.
Con el sistema establecido a Kari, las penas para las mujeres se reducen considerablemente, ya que, según el donante, en vez de «4 horas para mal regar un trozo de tierra, ahora lo pueden hacer en media hora, sobre una área de 2000 metros cuadrados”.
Esta es también la opinión de Elizabeth Kourabi, la agente de promoción agrícola en Kari, quien indicó que esto permitiría a las mujeres producir más verduras como col, cebollas y tomates, para así poder mejorar las condiciones de vida de los hogares.
Hamidou Ouédraogo
(L’Observateur Paalga, Burkina Faso, 27-10-09)