El mundo necesita personas de Paz y de Diálogo durante 2023

9/01/2023 | Editorial

cidaf-ucm_logo_blanco-47.pngEn el tradicional mensaje del papa Francisco, el 1 de enero de 2023, para la 56ª Jornada Mundial de la Paz, nos recuerda las actitudes y compromiso personal si de verdad queremos construir una sociedad que sea capaz de vivir en armonía y solidaridad.

Las palabras más repetidas y el deseo más sincero de la inmensa mayoría de personas y líderes de todo el mundo al comienzo de cada año es el deseo de Paz y de Bienestar.

Deseamos lo que nos falta. Si algo encontramos en las noticias de cada día, en la mayoría de los países, es la violencia de los grupos y gobiernos armados, que llegan a causar trágicos genocidios con casi total impunidad, la extendida violencia de género, el injusto trato a los inmigrantes, el hambre que imponemos a millones de personas con nuestro saqueo de sus tierras y recursos, sobre todo en África, y la violencia de tantos abusos de poder en el tráfico de personas, de armas y en el acaparamiento de bienes, etc., y tendemos a pensar que los responsables de tanta violencia, injusticia y abuso de poder son nuestros gobernantes y políticos.

De nada sirven nuestras quejas y hasta indignación si no analizamos la realidad de nuestra convivencia más a fondo y llegamos hasta la raíz de toda violencia. Esto es lo que necesitamos: un análisis a fondo de la calidad de nuestras relaciones y un compromiso común auténtico que sea consecuente para el bien común.

Nos puede sorprender que incluso la Covid-19 y hasta la guerra fratricida en Ucrania, en Etiopía, en la República Democrática del Congo (RDC), etc., habiendo provocado tanto sufrimiento, muerte y destrucción, nos han llevado, es cierto, a extraordinarios gestos de solidaridad, acogida y de generosidad hacia las personas, familias y sociedades que más sufren. Pero al mismo tiempo, seguimos sin identificar y por tanto sin sanar, las raíces más profundas de tanta injusticia y abuso de poder, y por tanto las estructuras de poder y de acaparamiento de recursos siguen intactas, causando nuevas esclavitudes.

Algunos confían en la ciencia solamente, otros siguen a partidos políticos con ideologías fundamentalistas y por sus intereses, otros se refugian en sus creencias religiosas, pero son pocos los que buscan la razón profunda de tanta discordia, confrontación y odio en la fuente más profunda del ser humano: su propio corazón.

Toda violencia, confrontación, injusticia, odio y guerra, comienza primero en nuestra propia mente y corazón. Si no somos capaces de sanar el mal y el odio, en su propio inicio, no deberíamos lamentar que haya abusos de poder y corrupción en el mundo.

Cuando palpamos nuestra fragilidad humana y social, tomamos mayor conciencia de que todos nos necesitamos, de que nuestro mayor potencial, aunque también frágil, es la solidaridad humana.

Por tanto, es urgente que busquemos y promovamos juntos los valores universales que trazan el camino de esta solidaridad humana. En nuestro acelerado mundo, muy a menudo, los problemas generalizados de desequilibrio, injusticia, pobreza y marginación, alimentan el malestar y los conflictos, generan violencia, asaltos a la democracia e incluso guerras.

De esta experiencia ha surgido una conciencia más fuerte que nos invita a todos, pueblos y naciones, a volver a poner la palabra “juntos” en el centro. En efecto, es juntos, en la cooperación y la solidaridad, que podemos construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos. Sólo la paz que nace del cuidado mutuo desinteresado puede ayudarnos a superar las crisis personales, sociales y mundiales.

No podemos buscar sólo protegernos a nosotros mismos; es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que sea verdaderamente común”. (Papa Francisco)

A todos los hombres y mujeres de hoy nos toca ser artesanos de paz, promotores de diálogo y pioneros del cuidado mutuo.

Desde CIDAF-UCM:

FELIZ AÑO 2023

Autor

  • Bustince Sola, Lázaro

    Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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