El libro “Mujeres y Ministerios en la Iglesia Sinodal”, escrito por tres teólogas y dos cardenales, que participaron en la reunión del Consejo de Cardenales de febrero pasado, desarrollado en el Vaticano, está prologado por el Papa Francisco. Las teólogas son la hermana salesiana Linda Pocher, profesora de cristología y mariología en el Auxilium de Roma; quien también ha escrito la introducción del libro; Jo Bailey Wells, obispo anglicana y subsecretaria general de la Comunión Anglicana; y Giuliva Di Berardino, mujer consagrada del Ordo Virginum de la diócesis de Verona en Italia, liturgista, profesora y organizadora de cursos de espiritualidad y ejercicios espirituales. Los cardenales son Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y relator general del Sínodo sobre Sinodalidad, quien en 2023 afirmó que “con el tiempo” el Papa podría permitir la ordenación de mujeres; y Seán Patrick O’Malley, arzobispo de Boston y presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.
En el texto, el Papa Francisco lamenta:
“El drama de los abusos nos ha obligado a abrir los ojos a la plaga de clericalismo, que no afecta sólo a los ministros ordenados sino también a una distorsionada manera de ejercer el poder dentro de la Iglesia en la que todos pueden caer: incluso laicos y también mujeres.
Un cierto sufrimiento de comunidades eclesiales en cuanto a cómo se entiende y vive el ministerio no es una realidad nueva.
Escuchándolos sin juicio ni prejuicios, nos damos cuenta de que en muchos lugares y en muchas situaciones sufren precisamente por la falta de reconocimiento de lo que son y lo que hacen y también de lo que podrían hacer y ser si tan solo tuvieran el espacio y la oportunidad.
Las mujeres que más sufren son a menudo las más cercanas, las más disponibles, las más preparadas y dispuestas a servir a Dios y a su Reino.
La realidad, sin embargo, es siempre mayor que la idea y cuando nuestra teología cae en la trampa de ideas claras y distintas, inevitablemente se transforma en un lecho de Procustes (estándar arbitrario), que sacrifica la realidad, o parte de ella, en el altar de la idea».
La cuestión de mujeres en la Iglesia aparece en el Instrumentum laboris (documento de trabajo) para la segunda fase del Sínodo sobre Sinodalidad, que tendrá lugar en octubre de 2024 en el Vaticano.
El texto destaca “la necesidad de dar un reconocimiento más pleno” a los carismas y vocaciones de mujeres que, “por el Bautismo están en condición de plena igualdad, reciben la misma efusión de dones del Espíritu y son llamadas al servicio de la misión de Cristo«.
En entrevista con EWTN News, la hermana salesiana Laura Pocher señaló:
“En este momento el debate sobre este tema [el diaconado femenino] es muy candente y están apareciendo diversas publicaciones científicas desde el punto de vista teológico que abordan este tema y las posiciones son muy diversas.
Hay muchas posiciones al respecto y el Papa también se ha expresado en una entrevista diciendo que no piensa ordenar mujeres”.
En mayo de este año, el Papa Francisco concedió una entrevista a la presentadora de CBS News Norah O’Donnell, quien le preguntó si una chica católica podría alguna vez convertirse en diácono y miembro del clero. “No”, fue la firme respuesta.
“Tres posibilidades” para mujeres en la Iglesia Católica
«Sin embargo, las posibilidades son fundamentalmente tres«, afirmó Pocher. “La primera es no hacer nada y seguir como estamos. Algunos creen que esta es la mejor opción porque saben que en los primeros siglos había mujeres diáconos. Aun así, con las fuentes que tenemos no es posible reconstruir exactamente en qué consistió este diaconado”, explicó.
La segunda posibilidad mencionada por la teóloga salesiana es “una forma de diaconado sin ordenación porque es importante desde el punto de vista institucional reconocer el servicio de la mujer en la Iglesia y así dar una forma de ministerios a la establecida edad (para ordenación)”.
“La tercera posibilidad”, señalo Pocher, “la más radical, es dar también a mujeres la posibilidad de ser ordenadas diáconos. Así como tenemos diáconos, hombres casados que no son sacerdotes”, dijo.
Luego, continuó, “un diaconado ordenado, que no debería ser por ello un primer paso hacia la ordenación sacerdotal, pero que permitiría un servicio reconocido dentro de la Iglesia, por ejemplo en la dirección de comunidades”.
Cuando se le preguntó si el tema se discutió en el Consejo de Cardenales en febrero, Pocher dijo que sí, aunque “no es una posibilidad en la agenda del Sínodo y el Papa no es muy favorable, porque este tema de ordenación de mujeres es un poco “como el elefante en la habitación”.
En opinión de la teóloga, “no todos piensan en ello pero muchas veces no hay valor para hablar porque es un tema muy conflictivo y nos pareció que en el espíritu con el que el Papa guía estas reuniones del consejo (C9) era importante poner las cosas difíciles sobre la mesa”.
El Papa Francisco y diaconisas en la Iglesia Católica
Aunque el tema del diaconado femenino no aparece en el Instrumentum laboris 2, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, afirmó en una conferencia de prensa el 9 de julio que el Papa Francisco había pedido al Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) que estudiara participación y liderazgo de mujeres en la Iglesia Católica, incluyendo la posibilidad de mujeres diáconos y publicara un documento sobre el tema.
Antes de esta asignación para el DDF, el Papa Francisco había creado dos comisiones para estudiar diaconisas en la Iglesia católica: una en 2016; que se cerró sin llegar a un consenso; y la segunda en 2020; luego de que la mayoría de participantes en el Sínodo amazónico se expresaran a favor del tema.
En Querida Amazonia, la exhortación apostólica del Papa Francisco después del sínodo de 2019, alentó a las mujeres a participar en la Iglesia, pero no en los ministerios ordenados del diaconado o del sacerdocio.
George Nwachukwu
Fuente: RECOWA
[Traducción, Jesús Esteibarlanda]
[CIDAF-UCM]
