El informe Montpelier África y Europa: Asociación para el desarrollo agrícola

1/07/2013 | Crónicas y reportajes

Por primera vez en dos generaciones, África tiene la oportunidad real de conseguir seguridad alimentaria y nutricional a través del desarrollo agrícola. También hay una oportunidad para Europa de jugar un papel único y significativo, como socio de las naciones africanas y de conseguir este objetivo.

En África Subsahariana (SSA) en 2009 había 265 millones de personas (el 32% de la población) que sufría de hambre crónica. Muchas eran mujeres, niños y ancianos. Un número alarmante del 40% de mujeres en edad de procrear y cerca de la mitad de las embarazadas en Suráfrica sufren de anemia. De acuerdo con la FAO más de 100 millones fueron añadidos a la lista global de los que están crónicamente hambrientos como resultado de la crisis económica y en 2007/2008 por la subida más alta del precio de los alimentos. A pesar de que en algunos aspectos esta subida no duró mucho, su efecto ha seguido dañando la vida de la gente subsahariana en donde los precios del grano han permanecido altos y se vislumbra que seguirán así.

En los años 80, la comunidad internacional de donantes empezó a retirarse de las inversiones agrícolas y en las dos últimas décadas ha habido mucho énfasis en la medidas a corto plazo para la ayuda humanitaria de alimentos en lugar de sobrepasar las barreras del desarrollo agrícola. Una consecuencia es que el cereal medio africano continúa siendo un poco más de una tonelada por hectárea. A pesar de esto, existe un optimismo natural de que el África Subsahariana puede conseguir su Revolución Verde construyendo sobre los éxitos habidos y reconociendo los nuevos retos de la escasez de recursos naturales, el cambio climático y otros asuntos. La seguridad alimentaria es la llave intermediaria en el proceso del desarrollo. Algunas estimaciones recientes sugieren que África tiene el potencial de aumentar el valor anual de su agricultura de 280.000 millones de dólares actuales hasta alrededor de 800.000 millones en el año 2030. La experiencia de Asia demuestra que por cada aumento del 1% en crecimiento agrícola existe un aumento de 1,5% en los otros sectores. En efecto existe un círculo virtuoso de desarrollo que depende de la agricultura.

Los líderes africanos tienen pues un nuevo y creciente compromiso en el desarrollo de la agricultura para combatir el hambre. Miembros de la Unión Africana están comprometidos en aumentar sus recursos para el desarrollo rural y agrícola por lo menos al 10% de los presupuestos nacionales en los cinco próximos años. En África Subsahariana la media anual de Producto Nacional Bruto ha sido del 5% para el periodo de 2005-2008 y en agricultura sobre el 3%. Esta combinación está creando oportunidades locales, regionales e internacionales en los mercados agrícolas, especialmente en donde existen gobiernos estables.

Como respuesta a la crisis de 2007/2008 ha existido un impulso global para combatir el hambre. En 2009 en la cumbre en Aquila del G8 se prometieron 22.500 millones de dólares para este propósito, incluyendo los 3.500 millones de los Estados Unidos y los 3.800 millones de la Comisión Europea al igual que algunos otros compromisos significativos de donantes europeos.

A pesar de esto, los donantes europeos podrían hacer más, utilizar más recursos y trabajar más unidos para reunir y coordinar las acciones en las agendas de un África emergente a nivel nacional, regional y continental.

Creemos que el camino a seguir es construir en este momento puntual en el Programa de Desarrollo Amplio de Agricultura Africana (CAADP) y de unir la ayuda a las estrategias gubernamentales nacionales africanas a través de una visión común y planificar para el desarrollo agrícola. Es el momento para esta oportunidad. El reto es que esta ocasión sea sostenida en términos de compromiso y financiada por los socios claves y europeos de África. Creemos que Europa está bien situada para liderar y llevar a cabo este cambio. En el 2005/2006 el apoyo europeo para la agricultura comenzó a crecer. Hoy la Unión Europea es responsable de cerca del 60% de la Asistencia al Desarrollo en el Exterior (ODA) incluyendo 800 millones de dólares anuales para el desarrollo de la Agricultura en África Subsahariana.

Tres áreas son importantes para conseguir esto:

-Mantener el compromiso.

-Reducir la volatilidad de los precios.

-Combatir el hambre crónica.

A pesar de todos los progresos globales que se han conseguido por una parte, muchas de todas estas iniciativas no están coordinadas. Existe el peligro de que las nuevas inversiones se disipen en actividades a pequeña escala y no se pueda ver la transformación que se necesita y busca.

Los donantes Europeos necesitan reforzar su compromiso desarrollando una ayuda coordinada y unos planes de inversión para las instituciones e iniciativas que reflejen las iniciativas de la Unión Africana y los Gobiernos Africanos.

(Informe del Panel de Montpellier “África y Europa, asociación para el desarrollo Agrícola”, producido en 2010)

Editado y traducido por Amparo Cuesta, de Fundación Sur.

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