El Informe Draghi: Una Perspectiva desde el Sur, por Rudraksh Lakra

8/04/2025 | Opinión

Cuestionando las implicaciones del ampliamente debatido Informe Draghi para el Sur Global.

Considerado ampliamente como una intervención histórica y proponiendo medidas radicales para el futuro de la UE, el Informe Draghi ha suscitado un considerable debate en Europa sobre cómo recalibrar sus políticas para alcanzar sus ambiciones digitales. Sin embargo, ¿qué presagian estos discursos para el cambiante panorama geopolítico que el Sur Global debe afrontar en el futuro? Rudraksh Lakra analiza el panorama para ofrecer algunas perspectivas.

El recientemente publicado «El futuro de la competitividad europea: Una estrategia de competitividad para Europa», escrito por Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, presenta una hoja de ruta integral para revitalizar la competitividad global de la Unión Europea. Si bien la ambiciosa visión del informe para la renovación europea ha suscitado considerable atención, sus posibles implicaciones para el Sur Global merecen un análisis minucioso, en particular en lo que respecta a la extracción de recursos y las dinámicas de comercio digital. Este artículo busca cerrar esta brecha examinando los posibles impactos sobre el Sur Global, centrándose en la extracción de recursos y la dinámica del comercio digital. Se basa en información procedente de literatura secundaria y entrevistas con actores clave para ofrecer un análisis exhaustivo.

Antecedentes

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, encargó el informe en septiembre de 2023 en un contexto de creciente preocupación por la disminución del crecimiento de la productividad de la UE y su capacidad para alcanzar sus ambiciones estratégicas, en particular en materia de sostenibilidad e innovación tecnológica. El informe está estructurado en diez capítulos centrados en políticas sectoriales y cinco capítulos en políticas horizontales, respaldando una nueva estrategia industrial centrada en tres pilares: cerrar la brecha de innovación con EE. UU. y China; capitalizando sobre las oportunidades de descarbonización global; y asegurando estratégicas cadenas de suministro. Las recomendaciones del informe abarcan áreas como innovación, gobernanza, sostenibilidad,  tecnología avanzada, inteligencia artificial, regulación y las materias primas críticas.

El informe debe interpretarse en el marco de las ambiciones digitales de la UE, que subraya la necesidad de asegurar cadenas tecnológicas globales de valor y aboga por una política industrial más agresiva para evitar caer en la trampa de la tecnología intermedia.

Además, exige regulaciones más estrictas sobre actores extranjeros, a la vez que promueve un entorno más favorable para las empresas con sede en la UE.

Obstáculos para la Implementación

El informe prevé una inversión pública masiva, que requeriría emisión de deuda para alcanzar sus objetivos, en particular para cubrir la brecha de innovación. También pretende aprovechar las políticas nacionales, como el derecho de competencia y la política comercial, para construir «súper plataformas» europeas capaces de competir con los gigantes de China y Silicon Valley, a la vez que adoptando enérgicas medidas contra estos últimos. Sin embargo, como indican la investigación y nuestras entrevistas, existen serios obstáculos políticos y estructurales para lograrlo.

Uno de los principales problemas es el vacío de liderazgo en los principales Estados miembros de la UE. La influencia francesa ha disminuido tras los reveses políticos del presidente Macron, y el gobierno de coalición alemán ha lidiado con discordias internas y débiles resultados electorales. El auge de partidos radicales de derecha en toda Europa reduce aún más el interés por reformas de tratados o una integración más profunda. En el ámbito financiero, el informe insta a medidas audaces, como una nueva emisión de deuda por parte de los Estados miembros de la UE para financiar inversiones estratégicas– un enfoque al que tradicionalmente se oponen los países fiscalmente conservadores como Alemania y los Países Bajos.

Además, la reelección de Donald Trump en EE. UU. podría obstaculizar la capacidad de la UE para ejecutar su agenda estratégica. En particular, las medidas que promueven las grandes tecnológicas nacionales (Big Tech) a través de la regulación o el comercio podrían generar alarma en la administración Trump 2.0, que ahora se acerca mucho más a Silicon Valley.

Crecimiento Verde Nacional y Extractivismo

El informe sitúa en su núcleo objetivos de descarbonización. Hace hincapié en la combinación de descarbonización y competitividad. Subraya que Europa debería implementar políticas industriales ecológicas inteligentes y tecnológicamente específicas, adaptadas a las circunstancias de cada sector industrial para equilibrar las compensaciones entre descarbonización, competitividad y seguridad.

El comercio es reconocido como un instrumento clave para lograr este objetivo. El informe recomienda una diplomacia en el manejo de recursos de materias primas cruciales para asegurar el suministro y promover la diversificación de las cadenas de suministro. Anima a la UE a colaborar estratégicamente con países afines que tengan acceso a fuentes de energía renovable y materias primas de bajo coste, aprovechando su liderazgo en tecnologías limpias mediante la inversión en otros países, incluyendo el apoyo a procesos de casi nulas emisiones para la producción de materiales. Tras la apariencia de alianzas estratégicas y relaciones mutuamente beneficiosas se esconde una agenda profundamente extractivista.

Con un análisis limitado, queda claro que los países, ricos en recursos, contemplados en el informe, se encuentran predominantemente en el Sur Global, en particular en África. Este enfoque implica un mayor énfasis en dos áreas: primero, la minería y el abastecimiento de minerales críticos para la exportación, y segundo, la creación de infraestructura para energías limpias o el uso de tecnologías limpias en la producción de materias primas. Esta última podría servir como una forma de lavado verde de imagen para compensar los costes ambientales de la minería, mientras que la primera podría impulsar una mayor extracción de materias primas para servir a los intereses estratégicos europeos. Este enfoque sigue siendo miope ante el desafío global del cambio climático y refuerza los patrones existentes de extractivismo centro-periferia.

Este análisis del informe está apoyado examinando el más generalizado impulso para la diplomacia minera crítica dentro de la UE en los últimos años. Como señalan González y Verbeek, la U.E. en su afán por alcanzar la «neutralidad climática», se ha sumado a la lucha mundial por las materias primas con un enfoque neocolonial. En lugar de abordar su propio consumo excesivo y sus tasas de producción, está accediendo a minerales de transición como el níquel y el litio «aprovechando acuerdos comerciales desiguales con países ricos en recursos del Sur Global«.

Los analistas han explicado cómo las relaciones comerciales promovidas por la UE podrían generar deficiencias económicas estructurales en la economía global, con muchos países del Sur Global permaneciendo en la parte más baja de la cadena global de valor debido a su excesiva dependencia de las industrias extractivas y la manufacturación de bajo valor añadido.

El informe aboga por una reestructuración  estratégica del Marco Financiero Plurianual de la UE (el presupuesto a largo plazo), haciendo hincapié en la priorización de los intereses estratégicos de la UE. Estas recomendaciones podrían reestructurar la asistencia financiera internacional, en particular en lo que respecta al Sur Global. Por ejemplo, los cambios propuestos podrían afectar al Instrumento de Vecindad, Desarrollo y Cooperación Internacional (NDICI), que atiende a las regiones de África y América Latina. Si bien el NDICI tradicionalmente apoya objetivos generales como el desarrollo democrático, los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la resolución de conflictos, podría reestructurarse con un enfoque más restringido en la agenda de descarbonización.

Comercio Digital e Imperialismo

En el contexto de competencia e innovación, el enfoque principal es impulsar superestrellas nacionales de tecnología digital capaces de competir con EE. UU. y China en sectores clave. Tanto la regulación como el comercio son reconocidas como pilares clave para este objetivo. Draghi apoya abandonar un enfoque único para la política comercial en favor de un enfoque más flexible, pragmático e individualizado para la política comercial de la UE. El informe se centra en cómo la política comercial podría ser utilizada para proteger y promover el mercado interior, pero no explora ni ofrece recomendaciones sobre cómo esta política podría utilizarse para impulsar la causa de estas superestrellas tecnológicas nacionales en el mercado exterior.

La UE podría recurrir a inversiones estratégicas en proyectos de desarrollo internacional y acuerdos comerciales para impulsar condiciones favorables para su sector privado y ganar acceso al mercado de forma similar a los enfoques adoptados por Estados Unidos y China en los mercados del Sur Global.

Sin embargo, para que estas superestrellas nacionales compitan a gran escala con las empresas estadounidenses y chinas, necesitarían expandirse y ejercer influencia en mercados no pertenecientes a la UE, en particular en los países del Sur Global. La UE puede confiar en inversiones estratégicas en proyectos de desarrollo internacional y acuerdos comerciales para impulsar unas condiciones favorables para su sector privado y conseguir acceso al mercado, de forma similar a los enfoques adoptados por Estados Unidos y China en los mercados del Sur Global. Esto se alinearía con el enfoque de la UE respecto al comercio digital, donde, especialmente en la última década, ha impulsado una agenda que permite a sus empresas operar libremente y maximizar sus ganancias en la economía digital, al tiempo que restringe la capacidad de los estados anfitriones para regular el sector, redistribuir ganancias o implementar estrategias locales de desarrollo tecnológico para garantizar la competitividad nacional. Esta estructura ha sido calificada de colonial y extractiva, fomentando lo que algunos argumentan como un «subdesarrollo estructural deliberado» de los países de bajos ingresos. De igual manera, los procesos de desarrollo de infraestructura como el Global Gateway han sido criticados por su expansiva lógica económica y  de consumo, orientación techno- solucionista , privatización y financialización de  políticas de desarrollo, y por exacerbar la dependencia Norte-Sur.

En este contexto, en el mejor de los casos, las herramientas comerciales y de política exterior que puedan utilizarse para promover líderes tecnológicos nacionales mantendrían el statu quo; en la peor situación, darían paso a una estrategia más expansiva y agresiva, profundizando el colonialismo de datos y consolidando la explotación neoliberal en los mercados del Sur Global.

La cooperación Sur-Sur surge como una poderosa contra estrategia que permite a los países en desarrollo negociar colectivamente, crear ecosistemas digitales alternativos y resistir las explotadoras prácticas comerciales digitales. Con  dedicado esfuerzo y unidad, el Sur Global puede forjar un futuro digital más equitativo.

En respuesta a estos desafíos sistémicos, los países del Sur Global deben reconocer la importancia crucial de la resistencia colectiva y de la colaboración estratégica. Contrarrestar las estrategias extractivistas y neocoloniales solo es posible mediante los esfuerzos concertados de estas naciones.

Conclusión

Si bien el informe Draghi se presenta como una visión integral para revitalizar la competitividad de la UE, existen serias dudas sobre la capacidad de Europa para frenar realmente el poder de las grandes tecnologías (Big tech) en las circunstancias políticas actuales. Dado esto, el peligro es que las ambiciones digitales e industriales de la UE encuentren su única salida en el afianzamiento de las prácticas extractivistas y el imperialismo digital en el Sur Global. Dichas estrategias podrían exacerbar las dependencias, reforzar el subdesarrollo estructural y replicar históricas dinámicas coloniales.

Sin embargo, quizás exista potencial para fomentar una colaboración justa y mutuamente beneficiosa entre la UE y el Sur Global. Intereses compartidos, como la promoción de soberanía tecnológica, industria nacional y el crecimiento del sector servicios, sientan las bases para dicha alineación. Al centrarse en mejorar la capacidad tecnológica mediante la transferencia de conocimiento técnico, garantizar una distribución equitativa de beneficios, estableciendo condiciones más justas en materia de comercio, inversión y propiedad intelectual, y respetando el margen de maniobra para la regulación del sector digital, la UE podría posicionarse como una creíble alternativa a los Estados Unidos y China. Sin embargo, dada la actual distribución de lealtades y alianzas militares —en particular, el papel de la OTAN en la vinculación de la UE con el bloque estadounidense—, existe un importante impedimento estructural para siquiera concebir dicho camino.

Por lo tanto, quizás una esfera de justicia digital más libre y justa requiera que naveguemos por las complejidades del volátil y bélico entorno geopolítico actual. Sin estos esfuerzos, la UE corre el riesgo de perpetuar la desigualdad global bajo el pretexto de transiciones verdes e innovación digital.

Rudraksh Lakra

Fuente: Bot populi

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[CIDAF-UCM]

 

Autor

  • Asociado de Investigación y Participación Política en IT for Change. Sus actividades académicas y profesionales se encuentran en la confluencia de la tecnología, los derechos humanos, la economía política y los estudios poscoloniales. Durante sus estudios de derecho, se dedicó a la tecnología, el derecho y los medios de comunicación a través de prácticas en centros de estudios, bufetes de abogados y salas de litigio, así como a través de su trabajo académico. Como investigador del Instituto para Internet y una Sociedad Justa, realizó investigaciones sobre constitucionalismo digital. Fuente: Bot Populi

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