El gobierno de Somalia se quejó hoy de los traslados masivos de sus nacionales refugiados a su territorio desde el campamento keniano de Dadaab, el mayor del mundo, desde que Nairobi anunció cerrarlo a fines del presente año.
El ejecutivo asegura que los improvisados centros locales de recepción habilitados para recibir a ese personal en la frontera sur del país carecen de capacidad para asimilar el ritmo conque llegan desde el vecino país como parte de un plan de la ONU para su traslado.
Apremiadas por próximas elecciones, por los recursos que demanda mantener el campo de Dadaab y por los ataques y amenazas del grupo terrorista somalí Al Shabab, el gobierno de Kenia anunció en mayo pasado la clausura definitiva de ese centro, hogar de más de 320 mil somalíes.
El ministro keniano del Interior, Joseph Nkaissery, afirmó en mayo que esa organización extremista usaba al campamento como base de operaciones contra diversos objetivos y para el contrabando de armas.
‘Por razones de seguridad nacional apremiante sobre la seguridad de los kenianos en un contexto de actividades terroristas y criminales, el gobierno de Kenia comenzó el de cierre del complejo de refugiados de Dadaab’, declaró entonces el titular.
Entidades humanitarias y otros grupos de ayuda y organismos internacionales como la ONU criticaron esa medida, pero Nairobi continúa con el desmantelamiento de las instalaciones del mayor centro de refugiados del planeta.
Prensa Latina
Fundación Sur
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