El gobierno de Chad suspendió el miércoles 10 partidos de la oposición por «perturbar el orden público» e «incitar a la violencia» después de que respaldaran las llamadas sindicalistas a una protesta masiva por medidas de austeridad. Las actividades de los partidos «han sido suspendidas durante dos meses», comunicó el ministro de Seguridad Ahmat Mahamat Bachir. Debido a razones de seguridad, las autoridades también anunciaron en la radio que se había prohibido una marcha programada para el jueves por grupos civiles, sindicatos y políticos de la oposición.
Los 10 partidos suspendidos incluyen el Partido Democrático del Pueblo Chadiano (PDPT), dirigido por el legislador Djimet Clement Bagao, que participó en una marcha convocada por los sindicatos el martes.
Chad está imponiendo recortes en el gasto público que el Ministerio de Finanzas ha garantizado que son vitales para evitar la bancarrota. El gobierno está bajo presión para reducir los costos para poder cumplir con los objetivos de rendimiento dentro del marco del programa de ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI). El FMI abrió una línea de crédito de 254 millones de euros en junio de 2017. Para obtener un segundo tramo de crédito, Chad tiene que mejorar sus finanzas estatales y concluir las negociaciones con el comerciante de materias primas Glencore por una deuda de 1.450 millones de dólares, según una fuente informada.
El gobierno está reduciendo los salarios de los funcionarios públicos y aumentando el impuesto a las ganancias, refiriendo a los 1.500 millones de dólares de deuda con bancos comerciales y un aumento de siete veces en el número de servidores públicos en la última década.
Los sueldos públicos en 2017 ascendieron a unos 580.000 millones de dólares, aproximadamente el equivalente de los ingresos combinados del impuesto a la renta y los derechos de aduana, según las cifras oficiales entregadas a la AFP.
Chad ha sufrido dos años de severa recesión empeorada por una caída en los precios del petróleo. Eso, junto con los recortes de gastos, ha aumentado la tensión social y la ira contra el presidente Idriss Deby, que ha estado en el poder desde 1990.
Casi la mitad de la población de 14 millones vive por debajo del umbral de la pobreza, según el Banco Mundial.
Fuente: Africa News
[Traducción; Muriel Balda Aspiazu]
[Fundación Sur]
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