El gobierno de Burundi introdujo un gravamen a los salarios de los empleados públicos para acumular fondos con vistas a las elecciones del año 2020, publica hoy un medio regional.
Los impuestos a esos trabajadores del Estado significan un 10 por ciento de sus ingresos mensuales y están destinados a compensar el déficit de finanzas por la retirada de apoyo de los donantes internacionales, a causa de una decisión inconstitucional del ejecutivo, añadió africanews.
El descuento a los trabajadores que ganan entre 28 y 280 dólares por mes es de 2,80 dólares, mientras que quienes perciben más de 560 perderán un mes de salario al año, lo cual genera ya protestas en amplios sectores.
Los socios del país cesaron en 2015 su apoyo financiero al país africano después de la decisión del actual presidente, Pierre Nkurunziza, de contender en unas elecciones a las que no tenía derecho por cumplir los dos mandatos en el cargo fijados por la ley, en las que se impuso y ganó por tercera vez.
Organismos internacionales como la ONU y la Unión Aricana, gobiernos, organizaciones locales y amplios sectores de la población condenaron la consulta y opositores internos iniciaron desde entonces fuertes protestas y una virtual guerra en las calles que causaron centenares de muertos.
La constitución nacional fue enmendada para permitir a Nkurunziza aspirar a todos los mandatos en cualquier elección, por lo cual se espera que en las de 2020 lidere el partido gobernante.
Fuente: Prensa Latina
[Fundación Sur]
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