El expresidente mozambiqueño Joaquim Chissano manifestó sentirse disponible hoy para mediar en un encuentro entre el jefe de Estado Filipe Nyusy y el líder del principal partido opositor Renamo, Afonso Dhlakama.
Aunque reconoció que no tiene mandato para negociar con Dhlakama, insistió en que está dispuesto a contribuir a la realización de un diálogo entre ambos, importante para superar la actual crisis política en Mozambique.
«Nyusi y Dhlakama deben reunirse para discutir cosas que parecen imposibles, incluso aquellas que parecen inconvenientes. Solo si se encuentran pueden hablar», indicó.
Apuntó que si no se hace en un primer momento, puede ser en un segundo para encontrar un sentido y un enfoque.
El exgobernante consideró al jefe de la Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo) como «una fuerza viva necesaria».
Subrayó que además de las conversaciones entre las partes, «el diálogo debe expandirse y cubrir a todos, al pueblo», pues la construcción de la democracia «no puede ser hecha por una sola entidad» y puede llevar décadas.
La tensión política domina actualmente Mozambique por la aversión de la Renamo en reconocer los resultados de las últimas elecciones generales y su exigencia en gobernar en seis provincias, donde reclaman una victoria en las urnas.
Dhlakama amenaza con tomar el poder por la fuerza en las provincias de Tete, Manica, Sofala, Nampula, Zambézia y Niassa.
De igual manera rechaza la invitación de Nyusi de reunirse cara a cara para discutir la situación política y militar en el país, al alegar que el Gobierno tiene que respetar íntegramente los acuerdos de paz existentes.
Paralelamente, la Resistencia abandonó el prolongado proceso de diálogo que mantenía con el Ejecutivo sin que su principal objetivo, la desmilitarización de esa organización opositora, se haya alcanzado.
El partido gobernante Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) y Renamo se enfrentaron en una guerra civil, después de la independencia nacional (25 de junio de 1975), que duró 16 años.
Ambas organizaciones firmaron en 1992 el Acuerdo de Paz de Roma que puso punto final a las hostilidades y, desde entonces, el Frente gobierna esta nación.