La región fronteriza del este de la República Democrática del Congo corre el riesgo de volver a entrar en guerra abierta entre el ejército y los rebeldes tutsis, según ha hecho público la misión de mantenimiento de la paz de la ONU en el país, tras el peor enfrentamiento entre las dos facciones congoleñas de los últimos meses.
El ejército de Kabila y los rebeldes tutsis se enfrentaron en una cruda batalla la semana pasada, en la provincia del Kivu Norte, donde la violencia desatada por las tensiones étnicas ha causado estragos, a pesar del final oficial de la guerra en 2003.
Los enfrentamientos de la semana pasada han sido los peores desde que el Presidente Kabila firmase el acuerdo de alto al fuego con los renegados tutsis del general Laurent Nkunda y otras milicias, el pasado mes de enero. Pero la lucha por implantar un proceso de paz se ve plagada de violaciones diarias del alto al fuego, y las conversaciones para echar a los rebeldes de la selva están congeladas.
Como otros muchos grupos armados durante la década de violencia que vivió el Congo, el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo, de Nkunda, está obteniendo enormes beneficios de labores de minería ilegal, según los expertos.
Los oficiales del Gobierno aseguran que han cerrado y abandonado un paso de la frontera con Uganda, que se había convertido en una fuente de beneficios clave para Nkunda, donde cobraba tanto por pasar como por exportar casiterita, desde el Kivu.
Ambas partes se han resistido siempre a escuchar los llamamientos para que respeten el alto al fuego, y los expertos acusan a los rebeldes de ser los que minan el proceso de paz, por haber cancelado las conversaciones en repetidas ocasiones.
(IOL, 05-09-08)