Observamos, hasta con cierta sorpresa, que algunos multimillonarios de la comunicación digital, como Elon Musk (Twitter) o Jeff Bezos (Amazon y Washington Post), siguen poniendo en órbita satélites con el fin de controlar los medios de comunicación. Es una nueva carrera por el espacio, porque saben que la economía global depende ya, y dependerá ante todo, del control de espacio y de la comunicación.
Si el más rico del mundo Elon Musk (con $ 246.000 millones), se ha quedado con Twitter, Jeff Bezos, propietario de Amazon (con $ 114.000 millones), es también el dueño del Washington Post. Otro multimillonario es Bernard Arnault, (con $ 159.600 millones), dueño principal del grupo Lagardere, accionista mayoritario en muchos medios de comunicación, tercer editor a escala global y dueño de empresas de armamento.
Otro rico del mundo es Larry E. Page, el principal accionista de otro gran poderoso de la información mundial, Google, (con $ 111.900 millones). El accionista principal de otras redes como Facebook, Instagram y WhatsApp es Mark Zuckerberg, algo caído en desgracia financiera con “tan solo”, ($ 55.000 millones), de los 125.000 que tenía hace un año.
El control del espacio es una prioridad en los cinco continentes de nuestro Planeta. Tidiane Ouattara, presidente del Consejo Africano del Espacio (CSA), revela en New African, los retos, las políticas y las estrategias que se están aplicando en diversos países africanos para desarrollar esta industria crucial.
“En los últimos cincuenta años, el espacio africano no ha estado bien estructurado, pero forma parte de nuestra vida cotidiana. Por eso estamos trabajando para que el espacio africano esté mejor estructurado y al servicio de los pueblos africanos.
El objetivo es permitir que todos los ciudadanos africanos tengan acceso a los servicios espaciales a un buen precio y garantizar que estos productos y servicios se utilicen para el desarrollo económico y social del continente. Se trata del teléfono que utilizamos todos, de la televisión, de la radio, etc. Todas las aplicaciones de transporte móvil funcionan con productos espaciales.”
Numerosos países africanos ya han lanzado sus cohetes espaciales, como Ruanda, Argelia, Egipto, Sudáfrica, Nigeria y otros. La creación del CSA es fruto de la voluntad de los propios jefes de Estado y de Gobierno que han comprendido la importancia del espacio para el desarrollo de sus naciones. El principal riesgo es que esta gran administración de la CSA sea ineficaz, y que los grandes empresarios mundiales continúen ocupando el espacio africano.
El espacio es una cuestión de soberanía nacional. Por tanto, los acuerdos de los países africanos son la mejor forma de afrontar los proyectos comunes sobre el espacio africano para resistir esta nueva forma de colonización de los poderosos. A la colonización económica y la ecológica se añade ahora la colonización espacial y de telecomunicaciones.
El espacio es el pilar de la economía del mañana. África es consciente de los desafíos que tenemos por delante, pues el saqueo no existe solamente sobre la rica tierra africana y mares africanos, sino también sobre el espacio africano, ante la pasividad y complicidad de ciertos gobiernos africanos.
El espacio incluye tres dimensiones: las Infraestructuras terrestres, como las estaciones que captan señales y datos. Luego está la infraestructura espacial propiamente dicha, el satélite que transmite señales, capta información y la utiliza. Y, por último, los servicios posteriores, como la televisión, la radio, las aplicaciones militares, etc.
En África solo existen unos cuarenta, de los miles de satélites que hay en el mundo. Por tanto, alquilamos o pagamos la mayoría de los productos y servicios que recibimos vía satélite.
Aunque África contiene 55 países, en una superficie de 30 millones de kilómetros cuadrados, siendo el segundo continente más grande del mundo, todo sucede en el espacio africano sin la participación activa de África. Según los expertos de telecomunicaciones, como Tidiane Quattara, África necesita potenciar varias prioridades:
- – “La observación de la Tierra con satélites para conocer la calidad del agua, la agricultura actualizada y la gestión de los recursos pesqueros, etc.
- – Las telecomunicaciones por satélite, como la televisión, la telemedicina, el teletrabajo, la educación a distancia, la radio, el GPS, etc.
- – La astronomía, que nos permite predecir el tiempo y el clima espacial. África está prácticamente ausente en todos estos ámbitos”.
A medida que los gobernantes y la sociedad africana comprendan que el espacio está en el centro del desarrollo podrán prepararse, compartir el conocimiento y trabajar juntos para servirse de nuestro espacio africano para potenciar el desarrollo tecnológico y ecológico de todos los pueblos del Continente.
Lázaro Bustince
CIDAF-UCM