La violencia entre el ejército y un grupo paramilitar llamado Rapid Support Forces (RSF) continuó durante la noche hasta su tercer día, según la UA. Casi 100 personas han muerto, dijo un sindicato de médicos, y una estimación sitúa el número de heridos en 1.100. Los médicos advirtieron que la situación en los hospitales de Jartum es extremadamente difícil y que los enfrentamientos impiden que tanto el personal como los suministros médicos lleguen a los heridos.
La lucha es parte de una feroz lucha por el poder dentro del liderazgo militar del país, que se ha convertido en violencia entre facciones rivales. Los dos hombres en su centro no están de acuerdo sobre cómo debería hacerse la transición a un gobierno civil en el país. Sudán ha sido dirigido por generales desde que un golpe de Estado derrocó al presidente autoritario de larga data, Omar al-Bashir, en 2019.
El ejército ha negado que las RSF se hayan apoderado de sitios clave en la capital, y testigos en el país dijeron a la agencia de noticias Reuters que el ejército parecía estar logrando avances después de destruir las bases de las RSF con ataques aéreos.
Los residentes de Jartum han hablado de miedo y pánico, y han informado de disparos y explosiones. Kholood Khair, le dijo a la BBC que los residentes no podían estar seguros en ningún lugar. La lucha es entre unidades del ejército leales al líder de facto, el general Abdel Fattah al-Burhan, y las RSF, una notoria fuerza paramilitar comandada por el líder adjunto de Sudán, Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemeti.
Los principales puntos conflictivos son los planes para incorporar las RSF de 100.000 efectivos al ejército y quién lideraría la nueva fuerza.
Los principales estados árabes y EE. UU. también han instado a que se reanuden las conversaciones destinadas a restaurar un gobierno civil, mientras que la Unión Africana ha anunciado que enviará a su principal diplomático, Moussa Faki Mahamat, para tratar de negociar un alto el fuego.
Egipto y Sudán del Sur también se ofrecieron a mediar entre las facciones en guerra, según un comunicado de la presidencia egipcia y la BBC Africa.
Sudan es un país de 45 millones de habitantes, entre los más pobres del mundo, desgarrado por la guerra durante décadas. El conflicto se venía gestando desde hace semanas, impidiendo cualquier salida política en un país que intenta desde 2019 organizar sus primeras elecciones libres tras 30 años de dictadura islamomilitar.
El presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, viajará «inmediatamente a Sudán para comprometer a las partes hacia un alto el fuego«, anunció este domingo la organización panafricana, en la segunda jornada de violentos enfrentamientos en el país.
Expresando su «profunda preocupación» por la situación, la UA también pidió a las fuerzas de los dos generales a cargo de Sudán que «protejan a los civiles«, en un comunicado emitido después de una reunión de emergencia del Consejo de Paz y Seguridad de la organización el domingo por la tarde.
El esperanzador proceso de cambio hacia un gobierno civil en Sudan ha sufrido un fuerte revés. Confiamos en la resiliencia de la sociedad civil sudanesa, que durante varios años está mostrando al mundo una valentía y compromiso por le democracia en su país, mostrando a los países africanos que son auténticos pioneros de desarrollo y liberación.
Lázaro Bustince
[CIDAF-UCM]