En medio de la escalada de violencia en las regiones orientales de la República Democrática del Congo (RDC), el ejército congoleño ha anunciado importantes avances militares contra el grupo rebelde M23. Durante el fin de semana, el ejército congoleño informó de que había logrado hacer retroceder a las fuerzas del M23 de Kivu Sur y había recuperado varias ciudades clave en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur.
Guillaume Ndjike Kaiko, portavoz del ejército congoleño, confirmó estos acontecimientos en una declaración a la prensa. Subrayó que el ejército había recuperado el control de varias localidades que habían estado bajo la ocupación del M23:
«Es cierto que estamos respetando el alto el fuego. Pero al menos, (los civiles) deben tener la seguridad de que cada vez que el ejército ruandés dispare contra nuestras posiciones o contra nuestra población o contra personas desplazadas, las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo tienen derecho a reaccionar».
Los comentarios de Kaiko se producen en medio de tensiones crecientes en la región, donde los combates entre el ejército congoleño y los rebeldes del M23 se han intensificado en las últimas semanas. El M23, un grupo rebelde predominantemente tutsi, surgió por primera vez en 2012 y tomó brevemente la ciudad de Goma, que se encuentra en la frontera con Ruanda. El nombre del grupo deriva de un acuerdo de paz firmado en marzo de 2009, que el M23 afirma que el gobierno congoleño no está implementando.
Después de un período de inactividad, el M23 resurgió a fines de 2021, avanzando rápidamente y capturando grandes franjas de territorio en el este del Congo. Las Naciones Unidas, la RDC, la unión Europea y Estados Unidos han acusado a Ruanda de apoyar a los rebeldes del M23, una afirmación que Ruanda ha negado constantemente. En respuesta al conflicto en curso, el presidente ruandés Paul Kagame pidió recientemente negociaciones entre el gobierno congoleño y los rebeldes del M23, instando a una resolución pacífica de la crisis.
Las acusaciones de las Naciones Unidas, planteadas en un informe el año pasado, sugieren que miles de soldados ruandeses han estado combatiendo junto a las fuerzas del M23 en el este del Congo. Sin embargo, Ruanda ha rechazado estas afirmaciones, sosteniendo que sólo proporciona asistencia humanitaria a la región y no tiene ninguna participación en los combates.
La rebelión también ha continuado «su reclutamiento voluntario y forzado, incluso de menores«, según los expertos de la ONU, con miles de nuevos reclutas procedentes de los territorios que controla y de las provincias vecinas, que han sido entrenados en sus campamentos militares. “Entre el 25 de septiembre y el 31 de octubre de 2024, al menos 3.000 reclutas completaron su formación”, subrayan los autores del informe.
Según los expertos, el M23 también ha ampliado «la formación de personal administrativo civil para administrar las localidades controladas«, lo que les sugiere que «el verdadero objetivo del M23 sigue siendo la expansión territorial, la ocupación y la explotación a largo plazo de los territorios conquistados«.
A medida que el conflicto continúa evolucionando, la comunidad internacional sigue preocupada por el impacto humanitario de la violencia, en particular sobre los cientos de miles de desplazados atrapados en el fuego cruzado. El gobierno de la RDC insiste en que su ejército seguirá defendiendo la soberanía de la nación y protegiendo a sus ciudadanos de las amenazas externas.
Fuentes: Africanews y Le Monde Afrique
[Traducción y edición, Jesús Zubiría]
[CIDAF-UCM]
