Human Rights Watch (HRW) ha denunciado publicamente que el ejército de Etiopía “ejecutó sumariamente a docenas de civiles” y cometió otros crímenes de guerra en la región noroccidental de Amhara a principios de este año. Esta declaración coincide con la solicitud de HRW a las Naciones Unidas para que se inicie una investigación independiente. El incidente al que hace mención HRW, que ocurrió en la ciudad de Merawi a finales de enero, es de los más mortíferos para civiles en la zona desde que comenzaron los combates entre las fuerzas federales etíopes y la milicia Fano, un grupo armado etno-nacionalista. Después del incidente, ni el gobierno etíope ni el ejercito realizaron comentario alguno al respecto, pero una investigación de la Comisión de Derechos Humanos de Etiopía estimó que al menos 45 personas fueron asesinadas por las fuerzas gubernamentales en Merawi.
La ciudad de Merawi, en la región Amhara, se encuentra en una situación de conflicto armado desde abril de 2023, después de que el gobierno anunciara planes para desmantelar las fuerzas especiales regionales en todo el país para así integrarlas formalmente en el ejército, la policía o las fuerzas policiales regionales. Después de este anuncio, las milicias de Fano y el ejército etíope se enfrentaron en ciudades de toda la región. Los combates fueron intensificándose hasta que, en agosto de 2023, Fano atacó y capturó las principales ciudades de Amhara. En respuesta, el gobierno federal declaró el estado de emergencia, que duraría seis meses y colocó a la región bajo un puesto de mando militar. El 2 de febrero de 2024, el parlamento de Etiopía prorrogó el estado de emergencia por otros cuatro meses.
La mañana del 29 de enero de 2024 los combatientes de Fano entraron en Merawi y atacaron la oficina administrativa de la ciudad donde se encontraban los soldados etíopes desplegados. La oficina se encuentra justo al lado de la carretera principal que atraviesa la ciudad y es próximo a viviendas, empresas y bancos. Los civiles se refugiaron en sus casas a la espera de que terminaran los enfrentamientos. Los combates duraron horas, hasta alrededor de las 11:30 horas, momento en el que las fuerzas de Fano se retiraron de la ciudad. Según residentes de la zona, los soldados etíopes sufrieron grandes pérdidas al igual que los combatientes de Fano, muriendo dos de ellos en los enfrentamientos.
Desde aproximadamente el mediodía hasta las 18 horas de la tarde del 29 de enero, las fuerzas armadas etíopes emprendieron una matanza contra los residentes de Merawi. Después de la retirada de las fuerzas de Fano, alrededor de las 11:30 horas, llegaron refuerzos del gobierno a la ciudad. Los residentes describieron el horror de ver a los soldados moverse por la ciudad y ejecutar a personas indiscriminadamente. Human Rights Watch verificó un vídeo de 39 segundos que apareció en las plataformas de redes sociales a principios de febrero. El vídeo, grabado a unos 200 metros de la carretera principal de Merawi y compuesto desde el interior de un vehículo que circula lentamente a una hora indeterminada, muestra al menos 22 cadáveres, 15 de ellos claramente masculinos.
Ninguno de los cuerpos que HRW ha distinguido muestran de forma evidente que son parte de la Milicia de Fano, no llevaban el uniforme, zapatos o las armas típicas de la milicia. La sangre marca el camino junto a al menos 10 cuerpos que indican que recibieron disparos en la cabeza, posiblemente siendo ejecutados en ese mismo lugar. Adicionalmente, los soldados del ejército etíope saquearon y destruyeron propiedades (viviendas y negocios) de civiles dejando un terrible impacto en la vida cotidiana. El día siguiente, el 30 de enero del 2024, era un día de fiesta para la religión ortodoxa. Los residentes que se aventuraron a salir de sus casas esa mañana para ir a la iglesia encontraron cadáveres tirados en la calle principal de la ciudad. Varios residentes dijeron que los soldados que permanecían en la ciudad se negaron a permitir que la comunidad recogiera y enterrara a los muertos.
Según el derecho internacional humanitario aplicable al conflicto armado de Amhara, el asesinato o el maltrato deliberados de civiles y el saqueo de bienes a civiles están prohibidos y pueden conllevar a una condena por crímenes de guerra. Tanto las Naciones Unidas como diversos grupos de derechos humanos y los medios de comunicación han informado sobre los abusos de las fuerzas de seguridad en Amhara, incluidos asesinatos de civiles, ataques ilegales con drones y detenciones masivas sin cumplir un proceso judicial. Human Rights Watch recibió informes que sostiene que grupos armados, como Fano, saquearon viviendas, impusieron “impuestos” a civiles y secuestraron a personas que sospechaban que apoyaban al gobierno. Adicionalmente, las autoridades nacionales han acusado a Fano de asesinar a altos funcionarios de seguridad regional.
Con relación al incidente, un portavoz del gobierno etíope declaró a los medios de comunicación que los combatientes de Fano habían atacado una base militar en Merawi y que las acciones del ejercito fueron solo en “defensa propia”, incluyendo el registro a viviendas que según el portavoz no fueron enfocadas a civiles. HRW no ha podido determinar el número total de asesinatos de civiles en Merawi, aunque menciona que según algunas fuentes la cifra podría superar los 80. Las fuentes, más de una docena de testigos incluyendo víctimas y sus familiares, contaron su experiencia a HRW, detallando los presuntos abusos cometidos por el ejército en la ciudad. Adicionalmente, HRW ha analizado y verificado videos publicados en las redes sociales después del ataque, así como ha examinado imágenes de satélite que corroboraban los relatos de los testigos.
Fuentes: HRW – Al Jazeera – Imagen: TUBS
[Traducción y edición, Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]