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Inicio > REVISTA > Crónicas y reportajes > ![]() El cambio climático arroja sombras sobre el Lago Malaui
29/07/2019 -
La sobrepesca y el cambio climático han tenido un fuerte impacto. Cientos de comerciantes locales se reúnen cada mañana y tarde en Senga para descubrir que las poblaciones de peces están disminuyendo en el lago Malaui, el tercer cuerpo de agua dulce más grande de África. "Esperábamos llenar la mitad del barco con pesca, o al menos un cuarto… pero me temo que la cantidad de peces está disminuyendo", se lamentó el director del puerto, Alfred Banda, mientras miraba cansado a la pequeña captura que era arrastrada a la arena. Añadió que "antes solíamos pescar un barco completo, pero ahora eso es excepcional”, y señaló que conseguir llenar un barco reportaría a un equipo de entre 6 y 12 pescadores unas ganancias de 300 dólares. El lago Malaui, que baña las costas de tres países , Malaui, Tanzania y Mozambique, se extiende a lo largo de más de 29.000 kilómetros cuadrados con más de 1.000 especies de peces. Las 14.000 personas que viven en la bahía de Senga dependen del lago para su alimentación y su sustento. "Hace siete años había muchos más peces que hoy. En 2019 es diferente, no hay peces en el agua", dijo la comerciante Katrina Male, de 40 años y madre de seis hijos, mientras trataba de conseguir el mejor trato para hacerse con el pescado que acababa de llegar a la playa. Male afirma que "el pescado hoy en día es más caro, porque se está volviendo escaso", dijo Male. "Algunos niños han dejado de ir a la escuela porque sus padres han perdido muchos ingresos." Tanto para los locales como para los expertos en clima, la disminución del número de peces refleja una combinación de cambio ambiental y sobrepesca que augura un mal futuro. El Banco Mundial coloca a Malaui entre los 10 países africanos más expuestos al cambio climático, siendo los ciclones e inundaciones las mayores amenazas. El líder de la comunidad de Senga, John White Said, dice que el aumento de los vendavales y las lluvias torrenciales han hecho más difícil el trabajo de los pescadores en el lago. "Nuestros hombres no pueden pescar debido al viento, que es mucho más fuerte que antes”, y añadió que las lluvias son cada vez más impredecibles: “antes la lluvia no destruía las casas y los parajes naturales, pero ahora cae con mucha más fuerza y destruyendo todo lo que encuentra a su paso, lo que también tiene un impacto claro sobre al agua del lago". Según la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), es probable que el número de precipitaciones descienda en este país dependiente de la ayuda internacional. Sin embargo, estas serán cada vez más intensas, lo que conllevará tanto sequías como inundaciones. Esta amenaza se materializó en marzo, cuando Malaui fue golpeado por las lluvias torrenciales del ciclón Idai, que causaron la muerte de 59 personas. La tormenta también causó estragos en Mozambique y Zimbabue, donde dejó casi 1.000 muertos. Además del impacto ambiental, el número de pescadores en Senga se ha duplicado en los últimos 10 años debido a la falta de otros empleos, explicó Said, que argumenta que no existe otra alternativa a la pesca. Uno de los pocos beneficiarios es Salim Jackson, de 38 años, que alquila sus dos botes: “me dedico a la pesca desde hace 13 años porque no tenía otra opción, nunca fui a la escuela. Pero me ha reportado muchas ganancias”. Al atardecer, las redes de pesca estaban tendidas en la playa y tanto los compradores como los pescadores negocian los precios. Los comerciantes llevan sus compras en cubos a mesas improvisadas para ser secar, ahumar, freír o hervir las capturas para prepararlas para el mercado. "La disminución de las capturas de pescado se debe principalmente a las prácticas pesqueras insostenibles", señaló Sosten Chiotha, profesor de ciencias ambientales de Malaui que trabaja para el grupo de acción de Liderazgo para el Medio Ambiente y el Desarrollo (LEAD). "La sobrepesca es un desafío en el Lago Malaui, pero se están llevando a cabo estrategias como la implementación de temporadas de veda para asegurar que la pesquería se recupere”. Chiotha agregó que el cambio climático está afectando a Malaui con “eventos climáticos cada vez más frecuentes e intensos”, lo que implica que la economía de Malaui, basada en la agricultura, sea especialmente vulnerable a los fenómenos climáticos mientras la pobreza arraigada aumenta la presión sobre el medio ambiente. Said observa la situación en la playa de Senga. ”Estoy preocupado”, murmura. "En Malaui, la mayoría de la gente depende de la pesca tanto económicamente como a la hora obtener una fuente de alimentos baratos.” Fuente: The East African [Traducción y edición, Álvaro García López][Fundación Sur] Artículos relacionados:
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