Broches, anillos, collares, un tocado Bereber, un broche antiguo de la Gran Cabilia, todo ello procedente de la colección particular de un par de entusiastas. Alrededor de 250 piezas de joyería Bereber que revelan su diversidad y su saber hacer, se exponen desde hoy viernes en el Instituto del Mundo Árabe de París.
«Estas joyas que llevaban las mujeres eran su riqueza, su seguro de vida, y su documento de identidad», declaró Jean-François Bouvier, urbanista retirado, que comenzó su colección con su esposa con ocasión de un viaje al Magreb hace treinta años.
La exposición de estas joyas y adornos que datan del siglo XIX y principios del siglo XX, comienza con las técnicas utilizadas: grabado y calado, filigranas, cincelado, fundición. A continuación, un recorrido geográfico por las regiones de Marruecos, Argelia y Túnez.
«En Kabilia, el esmalte se utiliza con tres colores: amarillo, azul y verde. Si vas al sur de Marruecos alrededor de Tiznit, las piezas de joyería para las que se usa el esmalte se fabrican de otra manera, tienden más al ámbar o al coral para formar collares de perlas», aclara el comisario de la exposición, Djamila Chakour.
«Si uno se remonta más al norte de Marruecos, en las regiones de todo el Rif, se trabaja más el metal en sí, la plata».
«A través de una joya, podemos identificar una región, y por lo tanto una tribu, las mujeres que podían usar esas joyas”, explica el comisario. «Esas mujeres son o bereberes o árabes, o judías para algunos, ya que contamos con piezas que datan de la época en la que había poblaciones judías en esos países».
Muchos adornos eran adquiridos por el futuro marido para su esposa como regalo de bodas, y luego usados en las fiestas, sobre todo religiosas. Además de su aspecto ornamental, ciertas joyas tenían una función utilitaria, como los broches para el sujetar las prendas cuando no iban cosidas. Otras están decoradas con motivos de valor simbólico o protector, tales como las manos («hamsa») que pueden contener versos del Corán.
La gema también aporta información sobre la situación social de la mujer que la lleva. La mayor parte de las piezas de esta colección son joyas Berberes de zonas rurales y montañosas, en plata.
La pareja Bouvier comenzó su colección comprando un broche en un zoco de Marrakech. Su última adquisición es un collar en plata dorada, de Yerba, descubierto en un mercadillo de Vanves.
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